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Una familia con experiencia en coronavirus

Los dueños de Disoan y sus dos hijos, en un estudio genético tras vencer la enfermedad

Cliente en una carnicería de la Praza de Abastos. // Bernabé

Ayer era día de feria en Vila de Cruces y, aunque no con el pulso de otras ocasiones, sí hubo cierto movimiento en la Praza de Abastos. El mercado, que permaneció abierto durante el estado de alarma al ser una actividad esencial, tiene entre sus puestos la tienda de Disoan, una firma dedicada a la venta de productos y maquinaria de limpieza.

El local solo estuvo cerrado un mes, el tiempo que permanecieron en cuarentena sus dueños, Luis Sobrado y Cristina Antón, así como sus hijos Gonzalo y Guillermo. Los cuatro dieron positivo en coronavirus aunque Guillermo, el hijo mayor (10 años) es asintomático. El padre relata que él fue el primero en contagiarse: tuvo un único vómito, fiebre y un tremendo cansancio muscular. A su mujer el virus le produjo también cansancio y febrícula, pero además cefalea, mientras que el hijo pequeño, Gonzalo, durante un par de días tuvo fiebre de hasta 37,5 ºC. "Intentamos dulcificar la situación lo máximo posible" para no alarmar a los pequeños, relata Luis Sobrado, que empezó a temer que habían contraído el virus cuando vio los síntomas de su mujer. Ella es quien atiende la tienda, mientras él se desplaza a menudo a diversas partes del país, de ahí su exposición al contagio.

Los cuatro estuvieron aislados en su piso, sin poder bajar a la primera planta, donde viven los abuelos paternos. La madre de Luis también contrajo el virus, con un cansancio que la obligó a estar en cama nada menos que 10 días. Ahora sí han podido verse, y falta que, en una nueva fase, la familia pueda ir a visitar al abuelo materno en Vigo. Los Sobrado Antón participan en un estudio del CHUS que determinará si el factor genético influye a la hora de controlar el virus.

Al preguntarle ayer si por su experiencia con el virus se vio afectada su clientela, Sobrado es tajante. "Los clientes reaccionaron muy bien, viene con más seguridad porque nosotros ya pasamos la enfermedad". Eso no impide que la tienda siga medidas como aforo máximo de una persona, desinfectantes en las superficies y gel hidroalcohólico. Disoan sí notó el cierre de la hostelería, mientras que por otro lado las ventas a particulares subían ya un par de semanas antes del estado de alarma. "Desde finales de la semana pasad tuvimos muchas llamadas de peluquerías", comenta, de cara a la apertura ayer de los salones de belleza. Sus productos con más demanda son mascarillas y guantes, de os que ya hay cierto desabastecimiento, ya que vienen en cargadores desde el sudeste asiático. La firma recomienda a todos sus clientes que no hagan un excesivo acopio de productos en sus viviendas, para permitir que estén disponibles para todos. "En esta época , además de ser comerciante, tienes que ser también ético", apunta Sobrado.

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