Deza es una de las comarcas gallegas donde el sector ganadero y, en especial el lácteo, tiene más peso en su economía, no en vano, Lalín es el municipio de Galicia con más vacas. Pero aunque la mayor parte de las explotaciones de la zona se dedica a la producción de leche, también hay granjas que optan por la cría de vacuno de carne; tanto terneros, como vacas adultas para un mercado creciente por la calidad de su carne madurada en la restauración.

Este es el ejemplo de Manuel Hilario García, un agoladés que tiene una granja en la parroquia de Merlín que se dedica en exclusiva a la comercialización de ganado de carne de raza Rubia Galega. Con el cese temporal de la actividad de restaurantes, la demanda ha caído notablemente y la venta directa al consumidor en las carnicerías no es suficiente para sostener una explotación como esta. "A los animales hay que darle de comer todos los días y si te caen las ventas, las pérdidas son importantes", manifiesta. García calcula que los precios medios por kilo rondan ahora los 4 euros, cuando antes de la crisis sanitaria las cotizaciones estaban por encima de los 5. La comercialización de vacas adultas para mataderos como el de A Bandeira está estancada y los terneros también tienen menos salida. "Calculo que en un ternero podemos estar cobrando unos 200 euros menos", con el agravante de que si el animal crece y se pasa su edad propicia para su comercialización el mercado lo rechaza o no lo acepta en las mismas condiciones. "Las vacas viejas no hay quien las lleve porque los mataderos están a tope y dicen que no tienen salida". En esta explotación del lugar de Friufe, Manuel García tiene actualmente en torno a una veintena de vacas adultas y una decena de terneros.