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El encierro más largo de los artistas

Pintores y escultores de las comarcas aprovechan su confinamiento para descansar y seguir creando en vistas a próximas exposiciones, aunque hay quien prefiere tomarse un respiro ante esta difícil situación

Los museos también permanecen cerrados a consecuencia del coronavirus, así como todas las exposiciones que estaban pendientes deben esperar. Los artistas aprovechan los días de confinamiento en sus casas para seguir creando y planificando sus futuros proyectos. Algunos trabajan en sus talleres y otros participan en actividades virtuales.

El pintor silledense José Antonio Fondevila pasa el confinamiento en su casa de Fiestras (Silleda) junto a su mujer. "El contacto con la naturaleza es un buen medio para relajarse y abstraerse de la realidad, aunque en este momento solo es posible viviendo en la aldea". Compagina las tareas del campo y el cultivo de la huerta con la pintura. "Por la mañana me dedico dos o tres horas a trabajos en el campo y por la tarde descanso, leo, pinto y reflexiono sobre lo que pretendo hacer en el futuro". Echa de menos poder ver a los hijos y nietos. "Los viernes y sábados solíamos irnos para nuestro piso de Lalín para estar con ellos" y ahora echa mano de las nuevas tecnologías para mantener el contacto y participa en actividades virtuales. "Hace un par de días fui invitado a participar en el catálogo y vídeo-catálogo Fragmentos de arte y poesía organizados por Arte Total, Aires del Arte, Itaca, Goyart y otros colaboradores", explica. Tienen que enviar la foto de un cuadro y el título y después, un poeta lo complementa con un texto para después publicarlo en conjunto.

El pintor cruceño afincado en Lalín Armindo Salgueiro retomó la semana pasada sus trabajos en su taller. "Ahora la cuarentena se lleva mejor, pero todos estos días en casa aproveché para hacer trabajos en ordenador, aquello que tenía pendiente y así lo llevé mucho mejor de lo que esperaba". Vive solo en su piso de Lalín, pero cuenta con la compañía de su gato. Considera que el futuro será complicado para el sector que "ya estaba mal a raíz de la crisis del 2008 y ya habían cerrado varias galerías de arte".

También en su tierra, en Lalín, se encuentra el pintor Álvaro Negro, quien llegó a pensar que podía haber contraído el coronavirus. "A finales de febrero asistí a la feria Arco Madrid y a la vuelta tomé todas las precauciones para evitar poner en riesgo a mi familia. De hecho, a las tres semanas tuve fiebre, pero creo que no lo tuve", considera. Estos días aprovecha para preparar las futuras exposiciones, que ya se aplazaron a septiembre u octubre, intenta seguir una rutina de trabajo, planificar las muestras o hacer pedidos de material.

Su vecino y también pintor Nicolás González Aller está "recluido" en su taller de Vilamarín (Ourense). "Estoy escribiendo algo que ya hacía tiempo tenía en la cabeza, y leyendo, ahora que en este momento no tengo cabeza para pintar", confiesa. Vive solo y utiliza las videollamadas y Facebook para mantener el contacto con su familia y amigos. Confiesa que prefiere ya no ver las noticias y que solo enciende la televisión para disfrutar de documentales "porque hace 15 días que dejé de ver las tertulias y de vez en cuando, leo la prensa de Lalín para saber qué pasa por allí", apunta.

El escultor y cantero estradense Manuel Vilaverde es un afortunado porque sigue creando en su taller que tiene en su casa en Arca. "Yo continúo trabajando, creando mis historias aunque grandes encargos estos días no tengo", señala. "Aquí trabajo solo, entonces no hay ningún problema y supongo que este verano no vendrán los alumnos de la escuela Mestre Mateo que siempre realizaban aquí las prácticas". Asimismo, alaba la suerte de vivir en la aldea. "Todos aquí tenemos una eira o finca. Los problemas están en las ciudades en donde hay tanta gente".

El artista lalinense Guillermo Aymerich regresó con su familia a Galicia desde China. A principios de febrero llegó a Santiago con su mujer y su hijo. "Regresamos desde Beijing huyendo más que del "bicho" de la incomodidad cotidiana que noté que empezaba a haber". Cuenta que no hubo cuarentena por ley, solo el uso de máscaras y "la precaución vaciaba la ciudad de 25 millones y toda la actividad se complicaba bien por los controles continuos". Señala que estando a punto de regresar a Beijing la situación en Galicia empeoró desde Madrid. "Todavía cuesta entender y justificar que nunca llegaron a cerrar la ciudad y de repente, llegó el "arresto domiciliario como excusa impotente de una nefasta gestión del gobierno estatal". Confiesa que está llevando bien el confinamiento. "La convivencia familiar la llevamos muy bien, principalmente por la reacción favorable del pequeño, que va a cumplir tres años. Aprovechamos para cocinar y comer bien, no paramos de jugar con el niño y cuando el fedello cae mallado aprovecho para pintar. El tiempo privado es mucho y ¡el día cunde!", apunta. "Lo más negativo es la incertidumbre y la indignación causadas por los dirigentes políticos, demostrando que son ineptos, mentirosos, que piensan más en sus intereses y en su ambición de poder que en el ciudadano".

Adelanta que está realizando una serie de cuadros enmascarados. "Normalmente, mis cuadros están siempre hechos a propósito con las características de los lugares a donde viajo y debido a que nuestro entorno vital quedó invadido por la máscaras, estoy pintando cuadros con formato máscara. No pinto sobre máscaras, que no hay suficientes, pero que después coloco en otros cuadros de formato ordinario", explica Aymerich. "Son dípticos: el cuadro-máscara oculta parcialmente el cuadro-enmascarado, combinando la representación pictórica con la evocación, la mirada versus u ocultado, siendo el espectador el que puede completar o imaginar lo que no da visto, porque son épocas de ocultaciones de miradas", subraya.

La pintora Marisa Miguélez confiesa que lleva muy bien estos días encerrada en casa, aunque ella, que vive en una casa a las afueras de Silleda, tiene el privilegio de contar con jardín, una suerte en estos tiempos que corren. "Lo llevo bien, porque no paro de pintar para prepararme para las próximas exposiciones y también aprovecho para pintar en el jardín". Lo que más echa de menos es no poder ver a la familia que no reside con ella.

La escultora ceramista Elena Colmeiro, hija del pintor silledense Manuel Colmeiro, reside en Madrid. Ella también nos cuenta cómo pasa estos días rodeada de su familia. "Veo la televisión y leo algo, aunque ahora tengo problemas de vista. Con respecto a la cerámica ahora ya no hago nada, pero sí que pinto y dibujo porque estar así entretenida y seguir con la creatividad es lo que hace sentirme viva". Mientras, el pintor lalinense Antón Lamazares regresó de Madrid y está desde el 12 de marzo con sus hermanos y su madre en su casa de Maceiras (Lalín). "Aquí estoy bien, porque podemos dar una vuelta por la finca de casa, pero después no estoy pintando nada. Estoy catatónico total porque es un momento extraño. Aprovecho para descansar y estar con la familia".

Tarde o temprano vendrán tiempos mejores y las bellas artes volverán a recuperar su sitio y los artistas seguirán deleitando con su ingenio, creatividad y talento.

Manuel Vilaverde - Escultor y cantero de A Estrada

"Yo continúo trabajando en mi taller aunque grandes encargos no tengo"

Nicolás González Aller - Pintor de la capital dezana

"En este momento no tengo cabeza para pintar; pero sí que estoy escribiendo"

Marisa Miguélez - Pintora de Silleda

"No paro de pintar, también desde mi jardín, para las próximas exposiciones"

Armindo Salgueiro - Pintor cruceño afincado en Lalín

"El confinamiento lo llevo mejor de o que esperaba, pero el futuro será complicado"

Elena Colmeiro - Escultora y ceramista de Silleda

"No hago nada de cerámica, pero sí pintar y dibujar, que me hace sentir viva"

José Antonio Fondevila - Pintor silledense

"Compagino los trabajo del campo con la pintura y con actividades virtuales"

Alvaro Negro - Pintor lalinense

"En febrero fui a Arco Madrid y llegué a pensar que podía estar infectado"

Guillermo Aymerich - Artista de Lalín

"Regresamos de Beijing (China) huyendo de la incomodidad cotidiana"

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