Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nueva batalla para quien ganó a la guerra

Rapa das Bestas aguarda que se aclare el escenario para saber cómo podrá mantener una tradición que resulta fundamental para el saneamiento de la cabaña de O Santo

Imagen antigua de la Rapa das Bestas de Sabucedo.

Las gentes de Sabucedo están hechas a la adversidad. Lo demuestran cuidando a la cabaña de O Santo durante todo el año, protegiéndola del hambre, la tempestad o el mismísimo lobo. Lo hicieron también perpetuando la secular Rapa das Bestas en tiempos de la Guerra Civil. Incluso en los duros años de la contienda, con los hombres llamados a filas, mujeres, ancianos y niños se arremangaron para no interrumpir una tradición que resulta fundamental para el bienestar de los animales, por mucho que en esta aldea de A Estrada se respete el espíritu libre de estos caballos. Las vecinas no se amilanaron y la Rapa salió victoriosa frente a la contienda fratricida. Sin embargo, ahora la tradición afronta una nueva batalla, con un enemigo escurridizo e invisible ante el que todavía no está definida la estrategia de combate.

Cuando fiestas y eventos comienzan a colgar el cartel que anuncia su cancelación, el presidente de la asociación Rapa das Bestas, Paulo Vicente Monteagudo, reconoció ayer que el colectivo se mantiene a la espera de que se aclare el escenario. "Estamos aguantando pero tendremos que tomar una decisión en mayo", apuntó. Las últimas informaciones no dibujan un panorama muy optimista para eventos multitudinarios como la Rapa, prevista para el primer fin de semana de julio.

Aun en el caso de que la fiesta no sea posible, la tradición necesita una aclaración mayor. En ese contexto la asociación tendría que saber si podría obtener permiso para realizar la Rapa, aunque fuese en el monte, ya que el marcaje o la desparasitación de las manadas necesita seguir adelante, al igual que la revisión de los potros. "Es necesario que se haga, en el monte o bajando las bestas a Sabucedo, eso habrá que verlo", expuso Vicente.

Evidentemente, el trabajo en el curro no entiende de distancia de seguridad. La técnica de este ancestral cuerpo a cuerpo implica que tres aloitadores se enfrenten a la bravura del animal para raparlo y desparasitarlo antes de que recupere su libertad. Sin embargo, desde Sabucedo se insiste en que la Rapa no puede interrumpirse porque es necesario sanear la cabaña. "Se desmontaría el sistema de marcaje y sería más problemático", apuntó también Paulo Vicente.

En estos días de confinamiento, una persona se encarga de vigilar de cuando en vez que todo marche bien para estos animales, en especial para aquellos équidos que se mantienen en cierres después de haberlos retirado por invadir fincas particulares. Se comprueba que no les falte alimento y que no tengan el agua estancada. Con los que viven libres en los montes la cosa es diferente. "Entendemos que tienen que aguantar solas", apuntan. Aun así, cuando las diferentes fases del confinamiento permiten el trabajo autónomo, se realizan desbroces para que no les falte alimento.

La Rapa das Bestas aguantó en tiempos de guerra. Ahora aloita en época de incertidumbre, deseando conocer el escenario para poder ganar también esta batalla.

Compartir el artículo

stats