José Gestoso asumió desde el primer momento el trabajo de sulfatar cada día las calles de A Estrada pero pronto que se dio cuenta de que esa labor iba a ser mucho más dura de lo que imaginaba. Para poder desplazarse por el pueblo le suministraron una sulfatadora de mano, que tenía que llevar colgada a la espalda durante toda la jornada. "Era muy difícil aguantar tanto tiempo cargando con la mochila y además no avanzabas nada", explica. Por este motivo decidió utilizar su propio equipo para sulfatar. Se trata de una sulfatadora de mucha más capacidad que la portátil, con 100 litros, y que trasladan por el casco urbano con la camioneta. "Nos permite hacer el trabajo mucho más rápido y mejor, y sin tener que sufrir llevando la otra a la espalda", explica. José Gestoso va además equipado durante su jornada laboral con un traje de sulfatar especial, que incluye mono completo, guantes y mascarilla con filtro.