Habilitar un servicio de atención psicológica para personas con ansiedad, depresión u otras afecciones causadas o agravadas por el confinamiento es la propuesta que formulan PSOE y BNG al Concello de Lalín. Los socialistas demandan, además, una respuesta "ambiciosa, transversal e integral" enfocada a familias y negocios para "reactivar al 100%" la vida económica y social una vez superada la pandemia. Y, desde "una posición de unidad y colaboración sin fisuras", piden una comisión de seguimiento de la crisis con representantes de la oposición, la sociedad y la empresa.

El Partido Socialista es partidario de la exención de tasas e impuestos durante este año a todos los negocios y autónomos que tengan que interrumpir su actividad, así como de la bonificación del IBI, junto con un servicio de asesoramiento. Plantea la movilización inmediata de la inversión pendiente de ejecución y una inyección en el tejido socioeconómico con los ocho millones de euros que el cuatripartito dejó en caja. También propone activar los 200.000 euros consignados en el DUSI para apoyo al comercio de proximidad, más allá de activar cuanto antes "un paquete de ayudas directas" al comercio local y otros sectores afectados. Solicita que se orienten al mismo fin las líneas de ayudas de la Diputación y que se apruebe con urgencia un presupuesto local que priorice el aspecto social y la atención a las personas más vulnerables. Además, se hace eco de quejas por acumulación de basura en el rural y pide reforzar el servicio en este período.

Por su parte, el BNG propone el establecimiento de una línea abierta de atención a adultos y niños que lo precisen mientras dure el estado de alarma, que aún podría prolongarse más allá del 11 de abril. Sería un equipo formado por psicólogos y pedagogos del municipio que, tras las consultas hechas, se brindan a colaborar de forma altruista. Se trata de "ayudar a mucha gente a afrontar esta situación tan difícil", apunta su edil, Francisco Vilariño. Entre sus cometidos: Gestionar la ansiedad que produce el confinamiento o la suspensión de la actividad laboral, social y/o lectiva; aliviar la tensión que genera el trabajo a quienes prestan servicios esenciales; o acompañar a personas que viven solas, sobre todo mayores. "Tendría un coste cero y sería muy útil para mucha gente", declara Vilariño, que apremia al gobierno a ponerse en contacto con los profesionales que quieran colaborar. La conexión podría ser mediante llamada telefónica o videollamada/ skype.