A quien le haya tocado alguna vez esperar en los pasillos de un hospital habrá podido reparar en los carteles de una campaña con un mensaje sencillo, pero que se queda grabado: Manos limpias salvan vidas. En plena pandemia, esta ha sido, junto la de quedarse en casa, la recomendación más repetida. Remarcan los expertos que agua y jabón son dos buenos aliados para combatir la expansión del Covid-19, siempre que el gesto de lavarse las manos se haga de forma concienzuda y repetida a lo largo del día.

Para protegerse del virus en sus salidas autorizadas a la calle, son muchos los que se parapetan tras guantes y mascarilla. Sin embargo, estas medidas de protección no han de usarse como si fuesen un escudo invencible. Mal empleado, el remedio puede ser peor que la enfermedad.

"Hacemos mal si llevamos los guantes muchísimo tiempo puestos", explica la enfermera de A Estrada Silvia Treviño Ruibal. "Y la mascarilla igual. En el momento en el que te toques la cara, ni guantes ni mascarilla sirven para nada", puntualiza. "Lo más importante siempre es lavar las manos. El uso de los guantes nunca te exime del lavado de manos, nunca", remarca esta estradense, que considera que llevar guantes y mascarilla puede hacer que mucha gente se sienta confiada y no se lave con tanta frecuencia al creerse totalmente protegida.

Esta enfermera no comparte la necesidad de salir a la calle con los guantes puestos. "Si tocas alguna superficie que puede estar infectada, en el momento en que te tocas a ti misma, porque es casi inevitable tocarnos la cara -nos la tocamos miles de veces al día-, la transmisión ya la tienes encima. Los guantes no te sirven de nada", explica. Subraya que también se está viendo que algunas personas los llevan incluso para conducir sus vehículos. "Si los tienes muchas horas puestas se humedecen y coges todo lo que hay. Empiezan a calentarse las manos y es un caldo de cultivo de muchos virus", indica Treviño. Por el contrario, entiende que la mascarilla puede resultar útil en el coche con la única intención de tenerla disponible por si es preciso parar y estar cerca de alguna persona. "Pierde efectividad en unas horas. Si se humedece no te sirve.", recordó. "Lo que tienes es que evitar tocarte la cara y, si tienes la mascarilla, mucha gente se la ajusta y, para ello, pone el dedo justo en la nariz, cerca del ojo, por donde puede entrar el virus". Remarca que una mascarilla nunca ha de tocarse, aunque reconoce que no es fácil evitarlo.

Llevar guantes en el momento de hacer la compra puede ser una buena idea, siempre y cuando se coloquen al entrar y se quiten en el momento de salir. No es recomendable, en cambio, llevarlos puestos de casa, porque todo lo que se toca antes de llegar al supermercado puede terminar portando el virus al establecimiento. Quitarse los guantes sin ensuciar las manos es posible, pero los profesionales insisten en que, aun así, siempre ha de realizarse un lavado para que agua y jabón puedan hacer de escudo para seguir sanos y ayudando a salvar vidas.