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Las empresas critican la falta de margen para asumir el parón de actividades no esenciales

- "Es un mazazo, una medida así no puede anunciarse un sábado por la tarde", resume Argimiro Fernández -Varias de las principales firmas descartan aplicar ERTE hasta ver qué escenario queda tras el 11 de abril

El portalón de Taboada y Ramos estaba ayer cerrado, con distintas máquinas estacionadas en sus dependencias. // Bernabé/Javier Lalin

Por si ya no fuera evidente desde el arranque del estado de alarma, el parón económico en las comarcas es desde ayer y hasta el 9 de abril todavía más profundo, al entrar en vigor el paro total de las actividades consideradas no esenciales. Uno de los sectores que estará paralizado en realidad hasta el lunes 13 de abril, ya que la restricción enlaza con los festivos de la Semana Santa, es la construcción.

Una de las empresas representativas del sector en la comarca dezana es Taboada y Ramos. Con una plantilla de 170 obreros, tuvo que suspender de forma inmediata toda obra, pública o privada, repartida por diversos puntos de Galicia. La empresa, por el momento, no baraja un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

La paralización de actividades no esenciales se decidió el sábado y quedó aprobada anteayer domingo en una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros. Esta premura obligó a que la norma permitiese en casos excepcionales que ayer los empleados afectados pudiesen acudir a sus puestos para realizar las tareas precisas de cara a suspender la actividad. Este escaso margen es lo que critica el gerente de GSI y Sumiagua, Argimiro Fernández. "Esto es un mazazo para muchas empresas. Una medida así no puede anunciarse un sábado por la tarde" y sin apenas plazo para comunicarse con la plantilla.

Sumiagua está paralizada al 100%, aunque GSI sí continúa abierta al ser un proveedor de actividades esenciales como la recogida de basura o suministros. Pero también es cierto que "estamos a media actividad, porque no nos llegan clientes". La plantilla aprovecha para realizar labores de almacén. En estas firmas, no van a tener que acogerse al permiso retribuido recuperable, de modo que "no se le van a descontar horas". Fernández apostilla que "es el momento de que todos arrimemos el hombro, porque si una empresa no está preparada para soportar un mes sin actividad normal, tenemos un problema".

Florentino, otro de los buques insignia del empresariado dezano, está también paralizada durante estas dos semanas y después de pasar por varias fases desde el inicio del estado de alarma: primero con turnos para minimizar riesgos de contagio y después con la actividad bajo mínimos. Desde la empresa textil indican que ya antes de la decisión de este fin de semana sus fábricas estaban padeciendo "una absoluta escasez de suministros, sobre todo de proveedores de Italia y España".

El campo, y con él la alimentación, son unos de los pilares de la economía dezana. Maxideza, centrada en la venta de maquinaria agrícola, forestal y de jardinería, trabaja a puerta cerrada y atendiendo solo urgencias. Ayer su plantilla, de casi 30 personas, comenzó a trabajar por turnos. La empresa apunta que los contratos de compraventa que se iniciaron durante esta crisis sanitaria terminarán de tramitarse una vez se recupere la actividad normal. Quien si mantienen el día a día son Frigoríficos Bandeira y Nudesa. La segunda apunta que ahora trabaja con la plantilla compartimentada en grupos, para minimizar riesgos de contagio. No contempla la puesta en marcha de un expediente de regulación temporal de empleo.

La Cooperativa Hoxe mantiene también su actividad, al pertenecer a un sector esencial. Su nivel de producción es el mismo pero tras un incremento de ventas en las primeras jornadas de confinamiento, ahora detecta un descenso del 15%, provocada por la paralización de la hostelería. La cooperativa sí puede mantener su ritmo gracias a que el suministro continúa igual, al abastecerse de ganaderos que continúan con sus entregas al ritmo habitual. La plantilla se mantiene sin cambios, aunque se organizaron algunos turnos en expedición.

En A Estrada destacó por encima de todo el cierre de Martínez Otero, el gigante del mueble estradense que bajó la verja en plena negociación de un ERTE para toda la plantilla. Su gerente, Alejandro Valladares, anunció que la intención de la empresa era cerrar durante Semana Santa, analizando el panorama a nivel nacional e internacional tras ese parón. Este cierre se ha adelantado para ellos una semana. El destino de Martínez Otero marcará el de muchas otras empresas del municipio que trabajan indirectamente para ellos.

En Hierros Diego, por su parte, realizaban ayer los últimos preparativos para su cierre. Así lo explicó su gerente, Manuel García, quien junto a personal administrativo cerraba el papeleo pendiente. Además, atendieron un último encargo, destinado en este caso a una empresa esencial que va a seguir abierta y que necesitaba material para realizar su labor. "Es un palo pero entendemos que necesario".

Aluminios Campos por su parte cerró sus puertas tras realizar un ERTE que afectó a 18 de sus 34 trabajadores. La empresa estradense ya organizó dos turnos a lo largo de los últimos días para que sus trabajadores no tuviesen que juntarse en la fábrica.

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