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Una patria potestad a prueba de contagio

El lalinense José Luis Sierra soporta la cuarentena en su domicilio familiar junto a una hija de 45 años con hidrocefalia congénita

José Luis Sierra (dcha.) junto a su hija Susana leyendo en el salón de su casa de Lalín.

José Luis Sierra es, además de una persona muy conocida en Lalín, un hombre bonachón y con una paciencia infinita. Estos días lleva con resignación el confinamiento obligado por el estado de alarma, que en su caso tiene la particularidad de tener que pasarlo en compañía de su hija Susana de 45 años, que padece una enfermedad congénita denominada malformación de Dandy-Walker. "Nosotros que estábamos acostumbrados a salir todos los días para dar el paseo, lo llevamos con resignación. La verdad es que salíamos, sobre todo, por las mañanas. ¿Cómo lo resuelvo ahora? Pues, paseando en casa porque tengo la suerte vivir en una casa donde puedo hacer el recorrido en redondo y entonces pues pasemos nuestra media hora, 40 minutos, todos los días por la mañana y otro poquito por la tarde. El resto del tiempo lo ocupamos o viendo la televisión o leyendo", asegura este exempleado de banca.

Sin embargo, tanto él como su hija no sólo completan largas caminatas sin salir de casa. Tal y como reconoce el propio Sierra, "a mí siempre me gustó mucho leer. En este momento, casualmente, estoy retomando las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes después de haber leído literatura actual durante varios días. A mi hija le gustan mucho las revistas, a lo que la acostumbró su madre. Ella se da cuenta de lo que está pasando porque al principio no creía que no pudiésemos salir a la calle, pero le dije que mirara para afuera y comprobara que no había nadie fuera. Lo que le sigue gustando es tomar cada día el "pinchito", como lo llama ella, y eso en vez de tomarlo en una cafetería o en una terraza, lo tomamos en casa desde que no queda más remedio que no salir".

A pesar de la reclusión, este amante del fútbol y el balonmano, tampoco pierde de vista al resto de su amplia familia, con la que su hija Susana tiene una relación entrañable. "Mis otros hijos y mis nietos nos llaman por teléfono en videoconferencia y ella se da cuenta de que ellos también están allí. Habla con todos y ya te digo que es cuando también es consciente de que si ellos no vienen en persona es por alguna razón especial", indica mientras recuerda que la enfermedad que tiene Susana fue descubierta por un galeno que en su momento utilizó un símil peculiar para explicarlo. "El médico nos dijo a su madre y a mí que el cerebelo es como una mariposa, y que nuestra hija tiene las alas pero no se le formó el cuerpo de esa mariposa".

De momento, tanto José Luis como Susana Sierra consumen las horas envueltos en su nueva rutina "indoor" con la que procuran estar ocupados. Los dos cuentan los días para volver a andar por las calles de Lalín y tomarse una "chiquita" con tapa incluida. Cervantes, el ejemplar diario de FARO DE VIGO y alguna revista del corazón les hacen más llevadera la espera.

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