Muchas empresas se vieron obligadas cerrar sus puertas por el coronavirus y hay algunas que ante esta restricción echan mano del teletrabajo. Esta es una buena alternativa, sobre todo, para conseguir la conciliación laboral y familiar, ya que los centros educativos también permanecen cerrados y los niños deben permanecer en sus casas y sobre todo, evitar todo contacto con los abuelos, quienes están el mayor grupo de riesgo. Sin embargo, muchas de las firmas ven inviable el teletrabajo o en otros casos, los medios para llevar a cabo esto son insuficientes.
Begoña Salgueiro es administrativo y desde el martes ya trabaja desde casa, tras decirlo entre todos en la empresa. "Consideramos que era lo mejor porque todos tenemos hijos o personas mayores y debemos protegerlas y al fin al cabo, se puede desempeñar el mismo trabajo que en la oficina y es necesario tomar todas las precauciones", apunta esta silledense.
Considera que hoy en día con una conexión a internet y con un ordenador hay muchos trabajos que pueden realizarse sin problema desde cualquier lugar. "A nosotros, incluso, nos facilitaban un ordenador o las herramientas necesarias porque es lo mejor para todos, para proteger a nuestra familia y para poder sacar el trabajo adelante". Para ella no existe diferencia entre trabajar desde la oficina o desde su casa, e incluso, continúa con los mismos hábitos. "Yo sigo el mismo horario que en la oficina, me levanto igual a las nueve y estoy haciendo exactamente las mismas horas, aunque sí es cierto que en algún momento puede haber alguna interrupción de la niña, pero no hay problema", indica Salgueiro, quien tiene una hija y de esta forma, también le facilita la conciliación familiar y laboral.
Mientras, continúa con el contacto con los clientes a través del teléfono o del correo electrónico. "Estamos trabajando exactamente igual, aunque sí es cierto que nos estamos encontrando con servicios parados, con plazos interrumpidos y con esta incertidumbre, que creo que estamos viviendo todos, pero pienso que en unos días a causa de esto se ralentizará el trabajo precisamente por eso, porque hay temas que estarán parados".
Por su parte, Alberto Massa también echa mano del teletrabajo por partida doble, porque es abogado e imparte clases de preparación de oposiciones. "El teletrabajo no es nuestro medio principal y sobre todo se da una situación que debe ser presencial, que es la primera entrevista con el cliente, que es necesario que sea cara a cara porque si no no se da esa confianza entre ambos, pero es algo que desaparece con el estado de alarma. En estos momentos, es irremediable el aplazamiento o supresión de esta primera entrevista", apunta este abogado. Sin embargo, es consciente de que existen múltiples medios para poder continuar con su actividad. "Hoy en día tenemos distintas vías como Whatsapp, el teléfono o incluso, la videollamada para en este estado de alarma mantener el contacto con el cliente".
Los abogados, a causa del coronavirus, se están viendo desbordados de trabajo porque están aumentando las consultas. "Nos llaman para preguntarnos si quedan suspendidos los juicios de declaraciones procesales o si es obligatorio asistir, hay gente que esta siendo despedida, incluso, a través Whatsapp, o que se vieron en la obligación de aceptar las vacaciones y otros, se están enfrentando a ERE y ERTE", cuenta Massa.
Procesos judiciales
Mientras, la actividad en los juzgados es muy similar a la del mes de agosto, pero sí que continúan en pie algunos procedimientos, algo que mantiene en vilo a trabajadores de este gremio, porque no siempre se toman las medidas de precaución totales. Continúan los procedimientos de urgencia, no quedan aplazados el turno de oficio o medidas provisionales, como algunas relacionadas con las custodias de hijos; en el tema laboral se están vulnerando ciertos derechos fundamentales y por todo ello, los abogados son uno de los profesionales fundamentales a los que está recurriendo muchos afectados. "Tú tienes que quedarte en casa, pero seguir trabajando. Mi despacho es unipersonal y el teletrabajo es lo que toca, sacando la entrevista personal, sigo trabajando como cualquier otro día", recalca Massa.
En el caso de las oposiciones ya durante todo el año también se recurre en cierta medida a la teleformación, pero ahora ya no es una posibilidad, porque a día de hoy no existe otra alternativa. En los primeros días esta situación provocó quejas por parte del alumnado. "Hubo algunos, que incluso advirtieron de que se darían de baja si no podían acudir presencialmente a clases, pero todas las quejas se acabaron, al ver la gravedad de la situación", señala.
Las tiendas de ropa son otros de los negocios que tuvieron que poner freno a su actividad, aunque pueden continuar con sus ventas a través de internet. El vestidor de Chloé surge de la necesidad de crear un lugar en el que asesorar a cada clienta y Sandra Vilar la lidera en solitario en la capital dezana. Desde siempre su horario laboral va más allá del de atención al público porque apuesta en gran medida por la venta online y ahora durante el confinamiento continúa activa. "Seguimos trabajando en las redes sociales y en la web para que nuestra clientela se distraiga y no caer en el desánimo que se está instaurando entre todos, los envíos los estamos gestionando para cuando sea posible, y esperamos que esto se solucione de la mejor manera posible", apunta Sandra Vilar. Asimismo, indica que "hemos decidido seguir trabajando, desde casa, claro está, para cumplir la normativa, pero mantenernos activos para crear una rutina y mantener al tanto a nuestros clientes o confiamos y esperamos que todos unidos salgamos adelante".
Sin duda, internet y las nuevas tecnologías son una de las grandes aliadas para poder mantener el contacto con la clientela y para evitar que muchos negocios tengan que echar el cierre en este momento tan complicado y de tanta incertidumbre. Y quien sabe si esto será un antes y un después, y tras solucionarse esta crisis sanitaria, este se convierta en una opción de trabajo para muchas personas. De momento, la oficina queda instalada de manera temporal en cada hogar y el trabajo, literalmente, se trae a casa.
