Trabaja en pleno Piamonte italiano, donde las cifras de contagiados y de víctimas del coronavirus son considerables. La doctora lalinense Miriam Rodríguez Lodeiro poco imaginaba hace ocho años, cuando llegó a tierras transalpinas, que iba a acabar peleando en primera línea contra el Covid-19.

-La imagen que estos días llega a España del sistema sanitario italiano es la de estar completamente desbordado. ¿Es para tanto ?

-Es para tanto y para más, también. Ayer (por el miércoles) en Italia hubo 500 muertos en Bérgamo, que es una región de Lombardía cerca de Milán. Te puedo decir que en Bérgamo no pueden incinerar la cantidad de muertos que hay porque no dan a basto. Quiero decir que no tienen sitio para incinerar a los muertos del Covid-19 porque son demasiados. Y la parte más aterradora de todo esto es que los familiares no pueden acompañar a sus muertos porque las personas, y esto es lo más triste, las personas se están muriendo en soledad.

-¿En España también hemos llegado tarde a esta batalla?

-Sinceramente, yo creo que en España no se están adoptando las medidas que debieran en este sentido. Esto es mucho más grave de lo que parece e incluso te puedo decir que se está muriendo mucha más personas de lo que la gente se cree. En nuestro hospital, que es el más grande de Cuneo, tenemos a muchísima gente joven ingresada. No es verdad que el coronavirus afecta solamente a gente de unos 70 años con enfermedades previas. En el hospital tenemos a gente ingresada nacida, por ejemplo, en 1980 o en 1986. Hay gente ingresada en Cuneo muy grave y, también, muy joven. Así que, no es ni mucho menos cierto lo que están diciendo sobre este asunto.

-¿Qué fue lo que pasó para que al inicio de la crisis nadie hiciera lo que debía en este tema?

-No lo sé. Lo que sí te puedo decir es que en Italia el pasado 23 de febrero las autoridades cerraron una parte determinada del norte de Italia, a la que las autoridades denominaron zona roja, de la que nadie podía salir debido al confinamiento decretado. Ese foco ahora está perfectamente controlado porque allí no hubo más contagios. Lo que pasó fue que cuando se supo que habría un decreto por el que se iba a cerrar la Lombardía, en concreto Milán, la gente se subió de forma masiva a los trenes en dirección al sur de Italia, que fue lo que pasó también en Madrid, donde la gente se marchó a la playa, por lo que tengo entendido. Lo que pasa es que este tipo de actitud lo que hizo fue trasladar el contagio al sur del país. Lo cierto es que se llevaron con ellos el contagio a todas partes. Ahí se les fue la mano porque una filtración a los medios hizo que la gente supiera lo del decreto de confinamiento antes de que se hiciera oficial. La población se marchó antes del decreto y eso fue algo realmente letal.

-¿Estamos a tiempo de parar la propagación de la pandemia?

-Yo creo que sólo hay una forma de pararla y es quedarse en casa. La gente se suele tomar a cachondeo este tipo de recomendaciones y eso es algo que los profesionales sanitarios no nos explicamos. Salen a correr o van al supermercado como si nada porque este virus no hay forma de pararlo. Desgraciadamente, tenemos que insistir en que la única manera de evitar su propagación, a día de hoy, es no moverse de casa. Las personas deben de tenerlo claro porque nos jugamos mucho en esto.

-¿Cree que se podrá encontrar pronto la vacuna necesaria?

-Esperemos que sea así. Yo no sé cuándo podrá salir esa vacuna tan deseada por todos, nosotros los primeros. Dicen que los chinos ya tenían una vacuna casi lista para esta epidemia pero, aquí en Cuneo, no sabemos nada del tema. Te puedo asegurar que todos los fármacos que estamos usando en nuestro hospital son experimentales porque no sabemos nada. Sólo sabemos que la gente nos llega al hospital con unas pulmonías terribles y que se acaba muriendo.

-¿Ha incrementado el contacto con su familia lalinense tras lo sucedido con el coronavirus?

-Siempre he estado en contacto con ellos. Hace tiempo les había comentado que tenían que quedarse en casa por lo que se avecinaba, que tampoco fueran a los partidos de fútbol y que no fuesen a ninguna parte. Les insistí mucho en que se quedaran en casa. Y la verdad es que entonces me dijeron que si estaba loca o algo parecido. Mi familia es toda de Lalín, pero también tengo un hermano, Luis, que vive en Dubai, y que ya me ha comentado que le cerraron todos los aeropuertos. Y eso que allí apenas hay incidencia en cuenta a esta pandemia. Me parece que en Dubai fueron mucho más listos que en Italia o en España porque, por si acaso, ya cerraron sus aeropuertos. Me parece lo más inteligente porque insisto en que esto no es ninguna broma.

-¿Se trabaja con demasiada presión cuando de lo que se trata es frenar una pandemia?

-Nosotros somos profesionales, y tenemos que comportarnos como tales. Cuando trabajas en una UCI la presión es algo intrínseco, lo que pasa es que en esta ocasión lo estamos haciendo con escasez de medios y, por supuesto, a contrarreloj. Por eso es importante concienciar a las personas para que obedezcan a las recomendaciones. Quiero volver a recalcar que hasta el momento la mejor forma de luchar contra el coronavirus es quedarse en casa. Ya sé que resulta engorroso y hasta extraño, pero la gente debe saber que hacerlo puede salvar muchas vidas humanas.