Asegura que Roma está "muy distinta a como la conocía" desde que Italia se encuentra en estado de emergencia por la epidemia del coronavirus. Vive muy cerca de la Ciudad del Vaticano pero lamenta no poder salir de su piso todo lo que quisiera porque "se está recomendando encarecidamente quedarse en casa y se habla de que pueden incluso multar, por lo que prefiero no arriesgarme". El silledense Juan Ares Pérez, que está de Erasmus en la Ciudad Eterna, sobrelleva como puede esta situación.

-¿Cómo se vive bajo un estado de alarma como el de Italia?

-Nosotros estuvimos las últimas semanas de viaje por Alemania y llegamos todavía el pasado domingo a Roma. Nos fuimos el viernes de hace dos semanas y justo este domingo fue cuando sucedió todo el bum este del coronavirus. Nos resultó muy chocante ver a una ciudad como Roma así. Cada día sucede algo nuevo. Cuando llegamos todavía estaban abiertos los negocios y se podía pasear algo, pero después te cancelan todas los conexiones y que sólo abran farmacias y supermercados. Como te digo, cada día es una cosa nueva.

-Conociendo el carácter sociable de los romanos, y de los italianos en general, les tiene que estar costando mucho el tener que quedarse en casa, ¿no?

-La verdad es que sí. Pero, bueno, al final se trata de ser responsable y adaptarte a las medidas que hay porque no te queda otra. El otro día estuvimos paseando por Via del Corso, que es donde se encuentran algunas de la tiendas más importantes y famosas de Roma, y estaban completamente vacías. Entrabas en algunas tiendas y parecía que los que te atendían te daban las gracias por haber entrado. Date cuenta de que todo es nuevo tanto para ellos como para el resto de la gente. En esa zona están acostumbrados a que haya mucho turista comprando y eso ahora es complicado con todo esto.

-¿Cómo es ahora el día a día en una capital como la romana?

-Desde luego, intentamos salir lo menos posible a la calle pero para ir al supermercado y todo eso vamos de uno en uno. Ahora, por ejemplo, en algunos supermercados lo que están haciendo es repartir números en la entrada y te dicen ellos cuando puedes pasar al interior porque también hay que mantener las distancia de un metro con el resto de los clientes. Es el mismo sistema de la carnicería con números para los clientes de toda la vida, pero en este caso lo extienden a todos los que quieran acceder al interior del supermercado por precaución. Es todo muy nuevo.

-Supongo que salir a tomar algo tampoco es algo recomendable.

-Eso es imposible porque está todo cerrado. No nos queda otra que quedarnos en nuestra casa. Y te puedo asegurar que no salir en una ciudad como Roma sí que es algo realmente extraño. Aquí la gente es muy vital y todo esto les está trastocando mucho la vida.

-Por buscarle algo positivo, me imagino que debe de ser una época ideal para pasear por Roma sin aglomeraciones de turistas.

-Desde luego, por eso ya no tenemos que preocuparnos. Lo crucial es que no es lo más recomendable salir ahora mismo a dar una vuelta por Roma. También es cierto que las pérdidas económicas por la ausencia de turistas me imagino que serán importantes, sobre todo en una capital tan turística como lo es desde siempre Roma.

-¿Se ha planteado en algún momento regresar a Silleda?

-De momento, no. Ayer (por el jueves) me llegó un correo electrónico de mi universidad donde me dice que mis coordinadores de aquí estaban negociando con las autoridades españolas para que los que estamos estudiando de Erasmus en Italia tuviéramos la posibilidad de regresar a España. Por otra parte, también hubo gente aquí que me dijo que se podría tratar de un bulo y que no me lo creyera. De momento, yo pienso que lo mejor es que me quede aquí porque estoy bien dentro de lo cabe. Tampoco me parece lo más responsable ahora mismo porque, realmente, en España las cosas no están mucho mejor, según estoy comprobando.

-¿Mantiene mucho contacto con su familia en Silleda?

-Procuro hacerlo todos los días. La verdad es que lo llevan con bastante tranquilidad porque saben que estoy bien y que hago lo que nos recomiendan las autoridades de aquí en todo momento. Al final, tampoco hace falta alarmarse excesivamente porque no es necesario y porque al final, tarde o temprano, todo esto tiene que pasar.