Los distintos negocios dezanos también ya palpan las consecuencias del coronavirus. Son continuas las cancelaciones de reservas en restaurantes y hoteles y esto afecta también a los productores y proveedores de productos. Ayer por la mañana todavía había mucha incertidumbre en los locales hosteleros y muchos auguraban el cierre en los próximos días, tal y como aconteció.
El alcalde de Lalín, José Crespo, la teniente de alcalde, Paz Pérez, y las concejalas de Sanidade, Eva Montoto, y de Comercio, Karen Lamela, mantuvieron ayer por la tarde una reunión con la Asociación de Empresarios de Deza (AED), con el colectivo Dtendas y con los placeros de la Praza de Abastos para transmitirles la necesidad de que sus asociados y afiliados adopten medidas de contención y de protección contra el coronavirus, recomendándoles que reduzcan el contacto social y que mantengan el contacto con los clientes solo en casos indispensables.
Por su parte, la AED acordó que su personal técnico trabajará la próxima semana solo de lunes a miércoles con la puerta cerrada y el Centro comercial Aberto decidió que la 10ª edición del concurso de tapas Bocadiños do Cocido, planificado para celebrarse entre el 18 y 29 de marzo, quede aplazado hasta nuevo aviso. Mientras el Pontiñas Centro Comercial y de Ocio Gadis determinó cerrar temporalmente la zona infantil, así como suspender las actividades promocionales y lúdicas previstas para los próximos días.
Los restaurantes mostraban ayer sus dudas ante esta situación, pero sus responsables son conscientes de la necesidad de que todos tomemos precauciones para combatir esta pandemia. En los locales lalinenses hasta Semana Santa estaban al repleto de reservas de cocido y ahora se ven canceladas cientos. En Casa Currás ayer ya tenían suprimidas prácticamente todas las reservas, tanto las de ayer como las del fin de semana. "Teníamos todo completo y para el jueves, que es festivo, ya se dieron de baja la mitad y para el próximo fin de semana igual", indicó a media mañana Alberto González. Ayer estuvieron llamando a los comensales para poder planificar y saber si necesitaban o no producto. "Al final, también nos van a restringir el producto porque no lo van a tener porque al no venderlo tampoco lo van a traer y no sabemos qué requisitos nos marcarán". González ya intuía que seguramente a principios de semana o incluso antes, tendrían que cerrar el negocio, y efectivamente, ayer sobre las ocho de la tarde anunciaron en las redes sociales su cierre hasta nuevo aviso.
"Tenemos sobre todo cancelación de gente que viene de fuera, pero es lógico y normal", apuntó una responsable de La Molinera. En el restaurantes hotel Pontiñas se ven afectados también por el aplazamiento de distintos eventos, cuando tenían la ocupación hotelera al 100%. "Cancelaron todo lo que había para este fin de semana, las reservas para el Rali do Cocido y para el concurso de danza que había, creo, el día 28", indica el responsable del Pontiñas, local que dispone de 23 habitaciones. "Venían gente de Asturias a comer el cocido y lo anularon, que eran sobre 20 personas", añade. "Ahora mismo no sabemos que vamos hacer, tendremos que cerrar 15 días para quedarnos en casa", apuntaba por la mañana.
En el restaurante Cabanas ayer quedaba menos del 5% de las reservas y para hoy, de 130 personas que había previsto, ayer por la mañana se mantenía una mesa de seis y aquí las cancelaciones ya se empezaron a hacer el miércoles. Por la mañana no tenían decidido qué hacer, pero después ya avisaron a través de sus redes sociales su decisión de cerrar.
La Xunta decidió por la tarde decretar el estado de emergencia y desde medianoche y durante los próximos 14 días, permanecerán cerrados bares, restaurantes y cafeterías.
