El primer positivo por coronavirus en las comarcas se confirmaba a última hora de la tarde de ayer. El afectado es un joven estradense montador de la empresa Martínez Otero que, procedente de Dublín, habría pasado por Madrid. Estuvo un par de días asintomático y, tan pronto se encontró mal fue enviado a casa, desde donde al mediodía de ayer llamó al número habilitado para los casos de Covid-19. Personal enviado desde el hospital le practicó las pruebas, que dieron positivo. El director ejecutivo de Martínez Otero, Alejandro Valladares, deseó que se ponga bien muy pronto. Se mostró convencido de que así será, ya que es joven y, tomando las medidas oportunas, se recuperará satisfactoriamente.

Asimismo, Valladares informó de las medidas que ha adoptado la empresa en relación con este caso. Envió a casa a todos los trabajadores que han podido tener contacto con el montador que ha dado positivo. Estarán en cuarentena 15 días, para confirmar que siguen asintomáticos y que están bien. Es un paso más entre las medidas que la empresa ya había adoptado con carácter previo al positivo como la utilización de mascarillas o guantes, limitar las visitas de proveedores, reducir el número de reuniones internas, o establecer medidas de desinfección adicionales entre los turnos de trabajo. Se trataba, según explicaba entonces, de "hacer lo que debería hacer todo el mundo si fuese sensato y razonable": aportar su "granito de arena" para romper la cadena de transmisión del coronavirus. También barajaba ya entonces promover el teletrabajo entre los trabajadores y habilitar turnos de trabajo en las oficinas para evitar el contacto estrecho entre trabajadores.

También la Asociación Comarcal de Empresarios (ACE) había decidido ya por la mañana tomar medidas preventivas. Desde el lunes hasta el 30 de abril sus seis trabajadores desarrollarán su labor en turnos de tres. La oficina seguirá abierta de 8.00 a 15.00 horas pero en ellas solo estarán físicamente tres trabajadores, y otros tres trabajarán todos desde sus domicilios.

Circular de la AED

En tierras dezanas, los efectos económicos del coronavirus ya empiezan a notarse. En varias tiendas del textil comienzan a llegar con demora pedidos procedentes de otros países, como indica Meritxell Silva, responsable de Comercio de la Asociación de Empresarios de Deza. Y no solo eso, sino que la propia clientela comienza a disminuir, evitando así riesgo de contagio. En marzo, cuando lo normal sería el aumento de compras de cara a la celebración de bodas, bautizos y comuniones, muchos clientes prefieren no hacer esas compras ante la posibilidad de que estos eventos se cancelen para frenar también la propagación. "Estamos asustados por si desde el gobierno central se decide tomar la medida de cerrar los comercios, porque las pequeñas empresas tenemos que seguir pagando igual el local de la tienda, la mercancía y el salario de nuestros empleados, así como el IVA", explica esta empresaria.

El retraso en los suministros está afectando también a fábricas dezanas, con un desabastecimiento que crece "a pasos agigantados", apunta Antonio Lamas, el presidente de la AED. Apunta, también, que empresas que basan su actividad en la atención al público, como es su caso, también se dirimen entre suspender o no la actividad, para minimizar riesgos. Otras firmas ya restringieron la recepción de pedidos, de modo que éstos deben ser depositados fuera de la oficina. LA AED remitió una circular a sus asociados sobre las distintas actuaciones a tener en cuenta en el ámbito laboral así como en las relaciones contractuales y en la protección de datos de carácter personal.