Cae la noche. Paula Rodríguez Villamayor lleva todo el sábado encerrada en el laboratorio. Hace una pausa para compartir su experiencia, tras recibir este viernes el premio Talento Mozo. Es solo un paréntesis, porque sabe que tiene por delante al menos otras dos horas de trabajo. La semana ha sido atareada y su voz refleja el cansancio. Sin embargo, cuando habla de lo que hace, la pasión se adueña de sus palabras. Su yo investigador guía a la que fue una niña inquieta, con mucha sed de sabiduría y que también soñaba con el teatro.

-Solo cinco premios Talento Mozo en toda Galicia. Uno para distinguir su talento. ¿Cómo sienta?

-La verdad es que un orgullo, tanto para mí como para el Campus de Lugo. Para mí personalmente es una satisfacción; es como saber que lo que estás haciendo, en lo que estás trabajando, sirve y sobre todo en momentos difíciles en los que la financiación es escasa para investigar. Algo así ayuda a seguir adelante.

-¿Cómo decidió presentarse?

-La verdad es que fue mi madre la que mandó la noticia y me animó a solicitarlo. Me dijo que podría ser una oportunidad y que quien no apuesta no gana.

-No es el primer premio que recibe por su trabajo.

-Hace un año recibimos un premio con unas imágenes en el certamen NeuroArt y, después, en noviembre de 2019, recibí un premio de ideas empresariales innovadoras, un premio interno de la USC. Presenté mi proyecto de tesis.

-Tiene también dos publicaciones ligadas a su tesis en una revista científica muy prestigiosa. Está inmersa por completo en la labor investigadora.

-Sí, totalmente (risas). Llevo aquí toda la semana de madrugada y ahora sigo aquí y me quedan todavía un par de horas trabajando. Tanto como eso.

-¿En qué está trabajando ahora mismo?

-Pues ahora estamos estudiando el transcriptoma del conejo, la expresión génica del órgano vomeronasal del conejo. Es un poco saber cómo funcionan los genes en ese órgano que recibe las feromonas. Cómo se expresan o funcionan los órganos en esa parte del cuerpo que recibe las feromonas, por así decirlo.

-Recibe el premio en la categoría de Rural. ¿Cómo cree que puede contribuir su trabajo a este ámbito?

-Realmente el medio rural en Galicia tiene muchas explotaciones y muy pequeñas. Están cerrando granjas de cunicultura y como ellas más. Las tecnologías actuales no le permiten hacer competencia con las grandes empresas. Mi trabajo busca un poco esa innovación en el medio rural e intentar de algún modo implementar medidas tecnológicas, incluso en las pequeñas empresas, que les permiten, por una parte, actualizarse y, por otra, modernizarse y ser competentes a nivel Galicia y de ahí extrapolarlo.

-¿Por qué los conejos?

-La verdad es que ahora mismo estamos trabajando en conejos, pero el proyecto busca salir a otras especies. Lo que pasa es que en un intento de buscar un diseño experimental, los conejos son una especie pequeña y fácil de manejar. Al mismo tiempo, la mayor parte de los estudios actualmente se centran en roedores de laboratorio, sobre todo a nivel genético, y en ratones no se pueden extrapolar los datos de forma directa a una explotación, y con los conejos, sin embargo, sí. Hay producciones de carne de conejo, hay conejos que son animales de compañía... La aplicación de nuestros procedimientos experimentales tienen una traslación directa al sector productivo.

-¿Siempre quiso dedicarse a esto?

-Quise ser muchas cosas. Hice teatro mucho tiempo y hubo un momento en el que me planteé seguir la carrera artística. Lo que pasa es que me gustaba mucho la rama científica y, al final, me decidí por Veterinaria. Los animales siempre me gustaron y, una vez que empecé, supe que me ofreciesen lo que me ofreciesen, no cambiaría porque me encantó la carrera. Después, a mitad de carrera, la clínica también me gustaba mucho pero está complicado. En cuarto, cuando empiezas a escoger el trabajo fin de grado, tenía muy claro que quería un trabajo experimental. Ahí ya fue cuando dije que mi vida es la investigación. Siempre fui una persona muy inquieta, nunca me conformo, y creo que la investigación cubre de alguna forma esas necesidades. Quiero siempre estar aprendiendo, siempre algo más, y en la investigación siempre estás con cosas nuevas y eso te motiva.

-¿Hacia dónde piensa proyectar este joven talento que le reconocen?

-El futuro de la investigación está complicado, tanto en Galicia como en España, ahora mismo. No hay financiación. No es nada fácil. A corto plazo el futuro está fuera, realmente. Lo decíamos ayer [por el viernes], a nosotros nos encantaría poder investigar aquí y trabajar en Galicia. Me encantaría tirar por el sector de la producción primaria, pero no es fácil.