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Agolada y Vila de Cruces, las zonas con menos daños

Rodeiro, muy castigado el año pasado por las incursiones de jabalí, aún refleja el cariño del animal por estas tierras en la presente temporada: la terminará con 150 precintos usados, aunque al inicio tenía solo 60. El presidente de los cazadores, Rubén Quintá, explica que no es posible montar una tercera cuadrilla por falta de personal, pero añade que con el segundo equipo sí pudo controlarse más esta especie gracias a poder cazar sábados y domingos. "El problema es que ahora las hembras están preñadas", con lo que dentro de unos meses los daños volverán a ser palpables.

El cambio climático y la abundancia de comida permite que el jabalí procree casi a lo largo de todo el año. Su único depredador natural es el lobo que, si puede, se decanta por una presa más fácil en el ganado. Y como el jabalí se concentra en tierras de cultivo, es lógico que sus daños en Vila de Cruces sean muy inferiores a los del resto de municipios, ya que allí la carga ganadera de vacuno es residual. El presidente de la Sociedade de Caza de Vila de Cruces, Manuel Blanco, explica que se cubren los 70 precintos y no fue necesario pedir una ampliación, ni hubo que tramitar actuaciones por batidas y la declaración de emergencia cinegética no tuvo ningún impacto.

Tampoco fue preciso incrementar el cupo inicial de precintos en el Tecor Farelo, que cuenta con 26. Si en Cruces hay tres cuadrillas, en este tecor agoladés funciona una a la que le cundió bastante este mes de temporada a mayores. Con la posibilidad de cazar en vedado y en zonas de adiestramiento, el Tecor Farelo pudo controlar los daños que solían ir cada año a más en Ventosa. La directiva estudia la posibilidad de mover el vedado de esta zona a otro punto, como indica su presidente, David García.

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