El Concello de Lalín decretó la suspensión cautelar de la actividad de un restaurante de la calle Ponte. La decisión se tomó a raíz de una denuncia vecinal en la junta de gobierno local del pasado 23 de diciembre y ayer, con la aprobación del acta, estaba previsto que la decisión fuese trasladada a los afectados. Los dueños de la parrillada dispondrán de un plazo de 15 días hábiles para la presentación de las alegaciones o dar traslado a la administración municipal de los documentos y justificaciones que consideren oportunos.

Los hechos se remontan a mediados de noviembre, cuando la comunidad de propietarios de un edificio anexo al establecimiento presentaron un escrito en el Concello con el que hacían constar que varios residentes del inmueble padecían problemas de ruidos y olores provocados por el negocio. Concretaban sus críticas en el cambio del sistema de extracción de humos, los ruidos y olores se habían incrementado y también se quejaban de un supuesto incumplimiento de horarios por parte del negocio. Entonces pedían que fuesen informados sobre qué tipo de licencia tenía el establecimiento, así como si contaba con las medidas de aislamiento acústico establecidas y se determinase si cumplía con los horarios de cierre.

El Concello, en base a un informe de 2014, concluye que el establecimiento tiene licencia de café-bar, concedida en 1987. Y que existía una solicitud de cambio de titularidad informada en contra por no corresponder el local con el proyecto tomado como base para la concesión de la licencia. Respecto al aislamiento acústico, sí cumpliría con la normativa en el momento en el que le fue otorgado el permiso. Ya en agosto de 2018 la misma comunidad de propietarios insiste ante el Concello en los problemas de ruidos y olores. Un año después inspección de obras informa que las molestias se deberían atribuir al sonido de la extracción de gases, cámaras frigoríficas o una chimenea instalada en el patio de luces. Tras una visita al local, cerrado entonces por vacaciones, la propiedad admite que es conocedora de las quejas y asegura que se iniciaron mejoras en insonorización. El Concello le advierte de la necesidad de adaptar la licencia a la nueva normativa, a lo que se aduce que se está tramitando.

Tras abrir un plazo para la presentación de documentación, el negocio traslada, en septiembre pasado, un informe en el que detalla las medidas correctoras, pero Urbanismo concluye que pese a estas actuaciones las quejas vecinales persisten, dando como resultado el mencionado acuerdo de suspensión cautelar de la actividad.