El Hotel Riosol-Island of Stars en la localidad canaria de Puerto Rico ha sido distinguido por el prestigioso premio internacional Elevator World como el mejor proyecto e instalación de funiculares del mundo. Los Elevator World son los premios internacionales más importantes en la industria del transporte y movilidad en la arquitectura. Se premia la mejor arquitectura que integre de forma original soluciones de movilidad de vanguardia. El proyecto es obra del estudio de Arquitectura Atelier LopezNeiraCiaurri, del arquitecto canario perteneciente a una familia de Breixa (Silleda), Ramón López-Neira de la Torre.

-¿Se podría decir que les han dado una especie de premio Oscar dentro de su labor profesional?

-Evidentemente, es un premio muy importante. La cultura del premio anglosajona tiene algo estratégico porque hace que todo se mueva en un entorno más competitivo y que haya un fomento de la innovación. En ese mundo hay sentido de utilidad de los premios y no de los premios porque sí. Al final genera una mejora de la competitividad que al final es de lo que se trata. El premio es muy específico porque, además, hemos competido con lo mejorcito del mundo y a presupuestos que multiplican por diez el nuestro.

-¿Qué destacaría de su proyecto de funicular en Puerto Rico?

-Tiene una visión nativa porque nace con una ambición de no caer en la lógica y la racionalidad más pragmática. Logra elevar la estrategia y la poesía a partes iguales en el sentido de ver que no siempre en primera instancia la solución más económica y práctica es la mejor y la más rentable. Es un esfuerzo de salirse de esa zona de confort y aprovechar lo diferenciador del lugar sin caer en la tentación de hacer cuatro ascensores en cascada como podía ser la tendencia natural cuando se planteó el cambio de ascensor en el hotel.

-¿Hasta qué punto influyó la orografía del terreno a la hora de diseñar este tipo de funicular?

-Lo bonito que tiene es que al tener la montaña inclinada la experiencia dinámica -la arquitectura es espacio en movimiento- y arquitectónica responde a la cinética del espacio, que es una de las cosas que más orgulloso me siento. Es algo que se produce de una forma muy particular y es uno de los motivos por los que nos hemos llevado el premio. Al final, el premio lo que intenta es localizar la mejor arquitectura que pone en valor los fenómenos de movilidad en esta disciplina. Se ha hecho una estructura fantástica de barras cruzadas metálicas que van apoyándose sutilmente sobre los diferentes barrancos y van como bajando por la montaña y genera unas plataformas increíbles con una sensación muy parecida a cuando vas en ala delta pero sin tener vértigo, algo importante.

-¿Cuál es la razón porque en los últimos años la arquitectura apueste por mirar a la naturaleza?

-Una de las tendencias más bonitas que existen en arquitectura es lo atmosférico que engloba todas las estrategias que podemos usar en arquitectura para conseguirlo. Hay una sensibilidad tremenda incluso desde lo artificial generar una fusión con lo atmosférico y eso es muy bonito. En Canarias, por ejemplo, existe el siroco como fenómeno muy aprovechable para ello. De hecho, muchos somos partidarios de esa fusión y quizás por eso cada vez se ven más ejemplos.

-Sin embargo, sus detractores aluden a los inconvenientes que siempre aparecen cuando se convive con determinadas especies de plantas o insectos...

-Yo creo que hay que distinguir una forma atmosférica que es casi una forma artificial de la naturaleza y después lo que es la propia naturaleza. Quiero decir que se puede hacer arquitectura atmosférica completamente artificial sin bichitos sin dejar de ser atmosférica porque es algo sensorial. Se trata de capturar de la naturaleza aquello que te da cobijo y que te hace sentir protegido y a gusto. Hablo del color, la sombra, la semisombra o el frescor. Hay muchos elementos que la naturaleza nos ha enseñado y que a veces se producen. Nosotros en el estudio oscilamos entre un tipo de arquitectura inspirada en el norte de Portugal o Galicia, más de la vieja escuela y pegada a la tierra, y una forma de vivir la ciudad. Al vivir la densidad también creemos que se puede hacer con una sensibilidad atmosférica. Ojo.