-Parece tener claro su planteamiento. ¿Considera factible ponerlo en práctica así?

-Hace unos meses Joaquín Pereira me llamó para consultarme algunas cosas y yo le dije entonces que la solución para el Sagrado Corazón era pasar por un concurso de acreedores. En el camino aparecieron dos posibles compradores, con los que hablé, y según mi opinión se fueron porque la deuda era muy elevada y porque notaron que en el accionariado no había acuerdo. Ese es otro asunto al que hay que intentar llegar a un punto de entendimiento si queremos que esto salga bien.

-¿Confía en poder tranquilizar a los socios de la empresa?

-Es fundamental. En estas cosas, todo el mundo sabe que tiene que ceder en algo para el bien común. Nadie va a ser el perfecto beneficiado y todos tienen que ayudar. Además, tengo entendido por lo que me han trasladado es que varios de los socios son profesores también, con lo cual les interesará que el colegio tenga viabilidad. Yo creo que el colegio se vende mucho mejor, o entra un socio externo mejor, si después de haber hecho el concurso la deuda existente ya la tenemos negociada y aplazada. También es importante la paz social y que los profesores tengan las nóminas al día. Además, espero que los socios vean en mí a un interlocutor válido para poder hablar.

-¿Pudo hablar con los posibles compradores del centro?

-Precisamente, cuando Joaquín Pereira estaba hablando con el señor Guerrero a mi me llamó éste y lo que me dijo es que pensaba que Pereira era el interlocutor válido pero que resultó que no lo era tanto. Yo ahora dependo del nombramiento del administrador concursal que realice el Juzgado. No creo que el administrador llegue hasta mediados de febrero. Si yo tengo todo muy adelantado, que es lo que quiero, para traspasárselo a él a lo mejor en un par de meses lo soluciona, con lo cual estaríamos hablando de mayo o como mucho el mes de junio.