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Cuando la oficina no tiene paredes

Seis presidentes de la Sociedade Deportiva Río Ulla homenajean al guarda Ramiro Aller, que supera los 30 años de dedicación a este colectivo de caza y pesca de A Estrada

Comida de homenaje a Ramiro Aller. // Bernabé/Cris M.V.

Ramiro Aller es una persona afortunada. Aunque no tenía en su bolsillo un décimo premiado el pasado domingo con el Gordo de la Lotería, este estradense tiene la suerte de poder decir en voz bien alta que disfruta trabajando. Ramiro ejerce sus funciones como guarda de la Sociedad Río Ulla feliz y contando con el reconocimiento de quienes durante estos años han pasado por la presidencia de esta numerosa colectividad de A Estrada. Sus seis presidentes hicieron ayer un alto en la apretada agenda de estas fechas para homenajear a Ramiro por superar las tres décadas de esmerada dedicación.

Ramiro Aller comenzó a trabajar en esta sociedad estradense en febrero de 1989. Desde entonces no sabe lo que es librar fines de semana y festivos. Descansa los dos días correspondientes cada semana, si bien lo hace fuera de los momentos en que esta sociedad deportiva tiene más actividad. En estas tres décadas su disponibilidad ha sido máxima, una dedicación que reconocieron ayer con su presencia Luis Meijide, Eladio Carracedo, José Antonio García Villar, José Manuel Señorán Gañete, Miguel de la Calle y Manuel Sanmartín, todos ellos dirigentes en su momento de Río Ulla y que, como tales, tuvieron y tienen en Ramiro una persona clave en el día a día de la sociedad.

El homenaje brindado a este estradense contó también con la asistencia del jefe de servicio de Medio Ambiente en Pontevedra, el guarda mayor de zona, varios agentes medioambientales o representantes de la Guardia Civil del acuartelamiento de A Estrada y del Servizo de Protección á Natureza (Seprona).

Como guarda de caza y vigilante de pesca el trabajo que tiene que realizar este estradense no es poco. No en vano la sociedad aglutina 14.500 hectáreas de terreno para la caza y le toca vigilar la práctica de la pesca en cursos como los del Vea, el Liñares, el Rubín y en su día el de Codeseda, que ahora está vedado. En más de treinta años de servicio también hubo tiempo para trabajar a pie de playa, la que gestiona esta sociedad en el Liñares y que pronto se abrirá al acceso de todos los estradenses de la mano de un convenio con el Concello de A Estrada. Ramiro continuará en su oficina, una que le permite estar en contacto con la naturaleza, cuidarla y respetarla, velando por que cunda el ejemplo.

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