Existen voces que comienzan a augurar una nueva recesión económica cuando otras todavía aseguran un clima de recuperación. Mientras unas y otras contraponen sus argumentos, existen hogares en los que la crisis que algunos creen superada llegó un mal día y se atrincheró. Esta es la situación que se vive en unos 150 casas de A Estrada, una realidad que afecta a alrededor de 450 ciudadanos que reciben puntualmente la ayuda de Cáritas Parroquial para poner comida en su mesa.

"La crisis sigue con nosotros; está latente. Desapareció para quien nunca la vio delante", expuso el director de esta organización parroquial, José Manuel Vázquez. Lo hizo después de que el párroco de A Estrada, José Antonio Ortigueira, reflexionase sobre la crisis que muchos dicen que se avecina, cuando, subrayó "sigue estando muy presente en la vida de muchas familias".

El momento de presentar la Operación Kilo, la campaña de recogida de alimentos no perecederos en favor de los estradenses a los que ayuda esta entidad, sirve cada año para poner el termómetro a la situación de las familias más desfavorecidas del municipio. En este punto, desde Cáritas se reconoce que la situación mejoró en relación a años atrás, cuando la organización llegó a prestar alimentos a 240 unidades familiares. Sin embargo, el día a día continúa siendo muy difícil para muchos. En lo que va de año Cáritas distribuyó 19.000 kilos de comida entre personas que tienen serias dificultades, y no solo para llegar a fin de mes. El perfil es el que generó, precisamente, la crisis económica: personas de entre 25 y 40 años, con hijos o mayores a cargo. La huella del desempleo o de la precariedad laboral está presente en estas familias. Muchos de sus integrantes tienen uno o varios empleos, dedican muchas horas al día a intentar solucionar la situación que se vive en su hogar pero sufren las consecuencias de un trabajo mal remunerado o son víctima de condiciones laborales en las que el número de horas que se trabajan dista mucho de alcanzar la correspondiente y justa remuneración.

Es por ello que, como siempre que se avecina la Navidad, Cáritas lanza en A Estrada su particular SOS para poder seguir prestando ayuda a todas estas familias. Las famosas cajas rojas de esta campaña estarán presentes durante todo el mes de diciembre en distintos puntos de recogida. Estarán en el propio local de Cáritas y los supermercados Gadis, Froiz, Dia%, Familia, Chedas, Villa Brasil, A Santiaguesa, Mucha, Collazo, Artesa y Taberna de Ouzande. La campaña cuenta con colaboradores: las distintas parroquias, Escola Infantil Municipal, A Galiña Azul, los colegios Pérez Viondi, Figueiroa, Oca, O Foxo, Villar Paramá, Cabada Vázquez, NS Lourdes, IES Nº1, Protección Civil, Estrada Dixital, As Tres Portiñas y ACOE.

José Manuel Vázquez indicó que el deseo de la entidad que dirige es superar, o al menos alcanzar, los 14.000 kilos de alimentos recogidos en 2018, si bien ese año no se había conseguido igualar los 15.000 kilo de 2017. Cuatro años atrás, la implicación de los estradenses con esta campaña permitió recoger 18.000. Aceite y cacao son algunos de los artículos no perecederos que se agotan antes, si bien este año también se acabó el arroz, resistiendo el tirón las pastas.

En atención social, Cáritas de A Estrada está gastando unos 20.000 euros, destinando otros tantos a gastos varios. De los primeros, casi 5.000 euros se dedicaron en el último año a atender a alrededor de 150 transeúntes, personas de paso y sin un techo al que se les facilita comida, alojamiento y un billete para que puedan continuar su camino al día siguiente.

El párroco de A Estrada agradeció de antemano la colaboración y animó a"dejar de vivir en la burbuja personal" y a superar "ciertos tabúes y comentarios" que podrían influir en la labor de Cáritas, tendentes a presuponer o insinuar que "que reciben quienes no merecen".