El consumo de tabaco se redujo en la última década. Según los últimos datos que maneja el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS) -área sanitaria a la que pertenecen los seis concellos de la comarca dezana y A Estrada- entre un 16 y 18% personas de esta área fuma regularmente, mientras que en toda la comunidad gallega, este porcentaje puede llegar al 19%.

"Aunque todavía no tenemos los datos de 2019, creo que este porcentaje está más o menos estable y hay una ligera reducción, pero lo que sí aumenta es el de las nuevas formas de consumo, como los cigarrillos electrónicos o el tabaco de liar, sobre todo entre adolescentes aumentó en los últimos años ", indica Carlos Rábade, responsable de la Unidad de Deshabituación Tabáquica del CHUS. Puntualiza que este incremento de consumo se conoce gracias a los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad. "En Galicia no está muy claro este incremento, y esperamos los resultados de la próxima encuesta del Sergas que nos informará sobre las nuevas formas de consumo, pero yo calculo que entre 3.000 y 4.000 gallegos consumen el cigarrillo electrónico".

Este neumólogo incide en que la gran preocupación que tienen los colectivos y los hospitales son precisamente estas nuevas formas de consumo. "En Estados Unidos ya hay casos de muerte de gente joven por el cigarrillo electrónico a consecuencia del daño pulmonar que produce alguno de sus componentes y quiero incidir que nos preocupa el aumento de consumo de estos cigarrillos y de otras formas como la cachimba y la pipa de agua, el tabaco de liar, o incluso, el consumo de tabaco y cannabis en los adolescentes".

La edad en que se enciende el primer cigarrillo se sitúa de media en los 14 y 15 años. "Aunque parece que hay una tendencia a iniciarse antes, pero esa es la media", apunta Rábade, quien apunta que aunque el consumo de tabaco se está reduciendo en general, lo destacado es que se está incrementando en el caso de las mujeres.

En esta unidad de Santiago atienden a 300 fumadores al año que asisten por primera vez a la consulta y en total, el número asciende a los mil. "Estas 300 personas son pacientes fumadores con una alta tendencia a fumar, con un consumo muy elevado de tabaco y que padecen enfermedades crónicas y en este caso, el nivel de asistencia se da a través del médico de cabecera, porque el profesional de atención primaria es el que te tiene que ayudar a dejar de fumar y en los casos más complejos, son derivados a nuestra unidad del CHUS", explica este neumólogo. El perfil de estos pacientes que acuden por primera vez son personas con una edad entre los 45 y 70 años, con una alta tendencia a la nicotina y que ya tienen enfermedades asociadas. "Y a pesar del daño que producen esas patologías en el organismo, siguen fumando y realmente sí que necesitan una ayuda farmacológica", recalca Rábade.