A estas alturas del año la corporación municipal lalinense solía aprobar el presupuesto del siguiente ejercicio y así aconteció durante las más de dos décadas que gobernó José Crespo y también en la primera etapa del cuartripartito. La pérdida de la mayoría absoluta del ejecutivo de Rafael Cuíña motivó que los dos últimos años la administración local trabajase con la cuenta prorrogada y ayer lo que salió adelante, con el voto contrario de los grupos de la oposición, fue el presupuesto para este año. Este documento podría tener un recorrido muy corto, máxime si, como avanzó al menos el portavoz del BNG, Francisco Vilariño, se presentan alegaciones. De este modo, la cuenta podría tener una vigencia de solo dos días hábiles.

El alcalde, al que Compromiso, PSOE y BNG le recriminó que no trajese ya el presupuesto del próximo año, reconoció que pensaba que podría estar elaborado para septiembre y tener más margen para preparar el de 2020. Con todo, Crespo dijo que él y su equipo son más de acción que de gestos y le recriminó que el cuatripartito no fuese capaz de sacar adelante una cuenta en los dos últimos años, al tiempo que, dijo, lo que se estaba aprobando fue el dibujo de las cuentas públicas del anterior gobierno, una vez que el 86% del presupuesto ya estaba agotado en el mes de junio. "Están votando en contra de su propio presupuesto", proclamó.

La edil de Facenda, Raquel Lorenzo, fue la encargada de desglosar las partidas de un documento económico atípico. Con 14.339.502 euros, supone un descenso de 229.000 respecto del de hace dos años. Vilariño dijo que si la excusa de la premura era poder contratar profesorado para el conservatorio -también se aprobó el catálogo de personal del Padroado- no debía perderse de vista que Inspección de Trabajo declaró la irregularidad contractual de 53 empleados municipales contratados por el PP en su anterior etapa en el gobierno. Aseguró que por los excesivos salarios puestos por el ejecutivo, el gasto en órganos de gobierno pasa de 232.856 a 312.521 euros, mientras que Lorenzo remarcó que la cuenta es para 2019, cifrando el alza en solo 5.162. El nacionalista también preguntó dónde estaban los fondos negociados con otras administraciones de los que tanto había presumido el gobierno y dijo que el PP heredó una Alcaldía con cerca de 9 millones de euros en caja fruto de la buena gestión económica del cuatripartito, también en su ejecución presupuestaria.

La socialista Alba Forno y su compañero Román Santalla incidieron en que traer ayer la cuenta de este año era una pérdida de tiempo; algo que también secundó la edil de Compromiso Teresa Varela. Cuíña justificó el voto contrario de su grupo por la negativa del gobierno a negociar. "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Al PP solo le preocupa recuperar el poder", exclamó y recordó los esfuerzos del anterior gobierno para no bajar de 20.000 habitantes, puesto que en caso contrario el escenario económico sería muy diferente. En el debate hubo varios rifirrafes y acusaciones directas de Crespo acerca de lo mal que llevaba la oposición haber pedido el gobierno y desautorizar el diseño que el cuartipartito hizo para el presupuesto.

Mención aparte merece la disputa entre Vilariño y el edil de Obras no Casco Urbano, Nardo Seijas. El alcalde, tras llamar al orden al nacionalista, le pidió que no atacase a su concejal por ineficiente y avanzó que el retraso de las reformas de las calles Memorias dun neno labrego, Monte Faro, Maruja Gutiérrez y Calzada se debían a los deficientes proyectos autorizados por el anterior gobierno. Vilariño lo acusó de "mentiroso" y le dijo al regidor que al menos el modificado de Calzada ya fuera aprobado el 11 de marzo.