La desestacionalización del turismo y ofrecer al visitante unos recursos accesibles a la vez que eficaces son los retos del sector y las comarcas no son una excepción. Los profesionales deben estar preparados para el reto que supone el próximo año santo y el Xacobeo 2021 puede ser una prueba para ver si Deza y Tabeirós-Montes es capaz de atraer visitantes, no solo caminantes que realizan sus rutas hacia Compostela, sino también para convencerlos de que tienen un destino con una amplia oferta, con gastronomía y paisaje como unos de sus principales atractivos.
Los nuevos tiempos y modelos de negocio obligan al sector a reinventarse y gestionar modelos de ofertas distintas. La irrupción de las viviendas turísticas, autorizadas como tales, no llega a los niveles de otros destinos como los de costa, pero este segmento también es el principal responsable de que en los nueve concellos de la zona haya actualmente 427 plazas de alojamiento que hace una década. Así se desprende de los censos oficiales de la Xunta, donde figuran, en las comarcas, un total de 14 viviendas turísticas con 87 camas o 31 viviendas de uso turístico, con 238 plazas. Hace dos lustros el balance era igual a cero. Asimismo, aunque solo en Lalín, consta un establecimiento autorizado como apartamento turístico, con 28 plazas. En total son 155 los negocios operativos, frente a los 107 de hace diez años, y 2.245 plazas por las 1.773 de entonces. De las 472 camas a mayores, 325 corresponden a viviendas turísticas o inmuebles autorizados para este uso.
Más allá de los eventos puntuales que hay en cada municipio, las comarcas deben aprovechar que por su territorio transcurren varios tramos del Camino de Santiago, pues expertos señalan a la relevancia que tiene para su economía el hecho de que por un concello pase este trazado.
El turismo rural, un nicho de mercado que debería gozar de una importante implantación en un territorio eminentemente rural y con espacios naturales únicos, cotiza sin embargo a la baja. Según el último censo autonómico, este año hay 11 alojamientos y 120 plazas menos que en 2009. Así, en Lalín hay tres (una menos), siete en Silleda (otra menos) y tres perdió Vila de Cruces, que conserva ocho. Agolada mantiene dos, las mismas que había en Rodeiro y donde ahora no funciona ninguna. En A Estrada son 21 (cuatro menos) y Forcarei tiene una menos de las ocho de diez años atrás, mientras que en Cerdedo-Cotobade hay una más y suma siete.
Futuro albergue en Rodeiro
En Dozón la única oferta de alojamiento se limita a su albergue municipal, con 50 plazas. Mientras, en Rodeiro la Xunta busca un espacio para levantar otro, en pleno Camiño de Inverno. Actualmente, en las comarcas, hay una decena de albergues.
Los hoteles, por su dimensión y diseño, son las infraestructuras que más plazas ofertan al visitante -680 en los 16 abiertos-. En Lalín hay cinco -dos más que hace diez años-, mientras que Silleda mantiene cuatro, uno Cruces y otro Forcarei. A Estrada y Cerdedo-Cotobade perdieron uno en cada caso y suman dos y tres respectivamente. Y las 28 pensiones pueden dar cobijo a 424 personas. Solo las ocho que hay tanto en Lalín como en Silleda rebasan, en total, el centenar de camas.
