Las principales quejas, no siempre registradas ante la administración, de pacientes y facultativos sobre el funcionamiento del sistema sanitario están relacionadas con la falta de cobertura de bajas o días libres de los médicos. Esta situación provoca que los usuarios deban ser atendidos por un facultativo distinto al que mejor conoce su historia y los médicos incrementar su carga de trabajo al asumir las citas de otros colegas. No obstante, salvo casos muy puntuales, el malestar de los profesionales no se traduce en quejas públicas.

Esta situación no es ajena en las comarcas, un territorio en el que, al margen de los ya citados casos de Lalín y A Estrada, trabajan 21 facultativos de cabecera en una docena de infraestructuras. En Silleda hay cuatro en el ambulatorio de la capital y otros dos en A Bandeira, con lo que la ratio es de un profesional por cada 1.449 vecinos. La más baja de la zona se da en Vila de Cruces (1.054), una vez que son 4 médicos en la villa y otro en Merza. En Agolada, Rodeiro y Dozón hay un médico en cada caso para 2.509, 2.370 y 1.110 habitantes. En Forcarei trabajan dos y otro en Soutelo. Y en Cerdedo-Cotobade, cuatro, repartidos en los consultorios de Carballedo (2), uno en Tenorio y otro en el núcleo principal de Cerdedo.