En cuanto a los ingresos, las previsiones de este año pasan por un aumento tanto en los tributos directos como en las tasas y las transferencias corrientes. En concreto, los impuestos directos (son el IBI, el IAE o el de vehículos de tracción mecánica) permitirán recaudar 4.941.052 euros, que son 164.593 por encima de las previsiones de 2017. Las tasas (entre las que están la de la basura, por ejemplo) suben aún más, 270.885 euros, para llegar a los 3.499.825 euros. No ocurre lo mismo con los impuestos indirectos, como el ICIO, que ceden 4.000 euros y se quedan en los 147.000. Para calcular los ingresos, se tuvieron en cuenta criterios como los derechos recaudados en los tres últimos ejercicios, las altas previsibles en todos los tributos o, en el caso del ICIO, la media de los derechos reconocidos en los últimos años, donde se produjo un notable parón en el ámbito constructivo. Sin salir de los ingresos, el presupuesto de 2019 contempla 5.689.218 euros por transferencias, que son 297.459 más que en 2017. Los ingresos patrimoniales ganan otros 7.400 euros y llegan a los 62.405.

Hay que apuntar, también, que los ingresos sirven para cubrir gastos corrientes pero pueden generar un ahorro presupuestario que permita amortizar deuda o financiar parte de las inversiones. Si de los ingresos de esos 14,33 millones deducimos 13,36 millones de gastos corrientes sin intereses, y los 837.769 de anualidad teórica de amortización e intereses, queda un ahorro neto que alcanza los 133.514 euros.