El BNG de Lalín continúa en su estrategia de defensa de la sanidad pública y tras liderar un movimiento político y social de exigencia a la Xunta de una ambulancia medicalizada con base en la localidad, desvela un nuevo caso de lo que entiende que forma parte del desmantelamiento del sistema sanitario que aplica el Partido Popular en el gobierno gallego.

A través de su portavoz municipal, Francisco Vilariño, los nacionalistas desvelaron ayer que el pasado domingo parte de los vecinos de la comarca quedaron sin servicio de urgencias durante una hora y media. Así, explican que en torno a las 14.00 horas el Punto de Atención Continuada (PAC) situado en el ambulatorio quedó totalmente desasistido, sin facultativos ni personal de enfermería. El motivo no fue otro que uno de los médicos adscritos a este servicio tuvo que desplazarse en ambulancia al Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) para acompañar a un paciente por un caso urgente y el otro doctor fue movilizado en taxi a Rodeiro -el PAC presta servicio a los vecinos de Lalín, Rodeiro, Agolada y Dozón- para hacerse cargo de otra asistencia sanitaria. Durante estos 120 minutos en las urgencias no había ni siquiera un enfermero y solo quedó al frente un celador. El médico, dice el BNG, desplazado a Rodeiro fue en transporte público porque tanto el personal más próximo o la unidad de transporte sanitario estaba en O Carballiño y el tiempo de respuesta era de entre 40 y 45 minutos.

Vilariño, además de hablar de "situación caótica" de la sanidad pública, describió que "el pobre del celador tuvo que atender a los pacientes que llegaban al PAC". No es que el personal, con funciones administrativas, asumiese las labores propias de un médico. El celador, tras escuchar los motivos por los que las personas que llegaban al PAC, se ponía en contacto con el 061 y desde allí se daban las pautas a seguir a los enfermos. Tras presenciar este espectáculo, hubo personas que, tras mostrar su indignación con lo sucedido, se marcharon en busca de atención médica en el Clínico, en Santiago. Algunos que ya habían sido previamente valorados, tardaron más de dos horas en ser atendidos, pues tuvieron que esperar su turno cuando el PAC volvió a tener al frente a un médico. "¿Qué pasaría si en ese momento hiciese falta una ambulancia o hubiese otra emergencia grave?", se preguntan los nacionalistas. En este caso, subrayan, sería preciso desplazar a un facultativo de Melide, Chantada, A Estrada o Silleda y todo a expensas de que las ambulancias de la zona no estuviesen ocupadas. En esta línea recuerdan que la asistencia urgente es clave para reducir la mortalidad ante episodios como ictus, una parada cardiorespiratoria, un politraumatizado o un infarto. En estos casos los tiempos, estimados entre 15 minutos o una hora, son clave para que el paciente se salve o pueda llegar a fallecer.

Para el BNG, lo acontecido el pasado domingo no es algo casual, sino tristemente habitual. Por eso, además de anunciar que este caso será elevado al Parlamento de Galicia, hoy mismo se debate en pleno de la cámara autonómica la demanda de una ambulancia medicalizada para Deza con base en Lalín. Porque con esta nueva unidad, se ganaría un médico para intervenciones de carácter urgente y el PAC de Lalín estaría dotado con tres facultativos. "Esto solo responde a la política del PP y son cosas que marcan la línea entre la vida y la muerte", dice. Además, recuerda que el grupo popular lalinense votó en contra de la solicitud de una ambulancia medicalizada, mientras que el mismo partido, en Dozón, la respaldó.

Firmas

Por otro lado, los nacionalistas lalinenses prosiguen con su campaña de recogida de firmas con las que se exige a la Xunta la concesión de una unidad medicalizada, una acción que se inició el sábado pasado y solo ese día ya fueron 300 las personas que dieron su apoyo a la misma. Esta campaña es distinta de la activada en portal de Internet change.org, donde ayer se sumaban cerca de 600 firmas.