El Concello de Lalín acaba de recibir una comunicación del Servizo de Turismo de la Deputación de Pontevedra en relación al Centro de Xestión do Coñecemento Arqueolóxico. Este servicio comenzó su actividad en el Pazo de Liñares a comienzos de 2016, dentro del programa Depodeza. El escrito en cuestión es el sexto informe que envía la entidad provincial sobre los convenios firmados con el Concello de Lalín sobre los espacios cedidos en dicho pazo.

Dicho informe recoge que en uno de los convenios, el gobierno de coalición lalinense y la Diputación acordaron que el primero asumiría los costes de agua, saneamiento, basura y mantenimiento de la maquinaria para calefacción, suministro eléctrico y ascensores., mientras que la administración provincial pagaría las facturas relativas a electricidad, teléfono, limpieza, calefacción y vigilancia. Pues bien, en este sexto documento se apunta que ya en otro informe anterior, de noviembre del año pasado, se pedía al gobierno local que remitiese el canon acordado, puesto que solo había constancia de que el último pago desde Lalín había sido en septiembre de 2017, y que solo hay constancia del periodo desde febrero de 2016 hasta junio de 2017.

Desde el departamento de Cultura su actual responsable, la popular Begoña Blanco, se pregunta "dónde están los cinco informes anteriores que, como dice la Diputación, nos fueron enviados. No conocemos ni el primero; nadie del cuatripartito nos advirtió de esta situación ni nos informó de que estaban negociando un convenio con la Diputación relacionado con la gestión del Centro Arqueolóxico".

Ante lo que califica de "gestión de una irresponsabilidad absoluta en el ámbito cultural" por parte del anterior ejecutivo, y ante la dificultad para localizar esos cinco informes anteriores, el gobierno lalinense contactó con la Diputación para solicitar toda esa información "y que nos ponga al día en estas cuestiones, que no son menores", recalca Blanco.

Su antecesora en el cargo, Lara Rodríguez Peña, mantiene que "sí se pagaron todas las facturas que nos llegaron, y en ningún momento se dio orden de devolver ningún recibo" y eludir su pago. Apostilla, respecto al mantenimiento de los ascensores, que cada dos por tres se estropeaban por una cuestión eléctrica, y que siempre que pasaba esto, se procedía a su reparación.

El Pazo de Liñares estaba, con el gobierno de coalición, bajo la tutela de Cultura pero también de Turismo, un área de la que se encargó Francisco Vilariño. El portavoz del BNG asegura que desconoce cualquier retraso en estos pagos y que, de darse, se trata en todo caso de una cuestión administrativa y que no tiene nada que ver con un tema de gestión política.

Desde el actual ejecutivo se señala que "trabajará por regularizar el funcionamiento de Liñares". En una reunión que mantuvo el alcalde, José Crespo, con la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, ambos coincidieron en la necesidad de potenciar de forma conjunta el Centro de Xestión do Coñecemento Arqueolóxico y también el espacio museístico del Pazo de Liñares. "Este gobierno trabajará con este ánimo para regularizar la situación de Liñares, de la que acabamos de enterarnos de esta forma tan sorprendente, así como para potenciarlo y ponerlo en valor", recalca la concejala.