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Mónica Balo González: "Hay que dar a conocer las muchísimas salidas profesionales que tiene la música"

"En este momento existe una gran predisposición para que ocupe el lugar que se merece en la sociedad"

Mónica Balo reside actualmente en Madrid, donde ejerce de asesora del Ministerio de Educación.

Vive a caballo entre la capital de España y su Donramiro natal, en donde estuvo esta misma semana. La lalinense Mónica Balo González es catedrática desde que en 2018 Galicia sacase estos títulos en los conservatorios superiores después de tres décadas sin ellos. Balo es ahora una de las asesoras del ministerio que dirige en funciones Isabel Celáa para asuntos concernientes a la enseñanza musical reglada.

-¿En qué consiste su labor profesional en la capital de España?

-Soy asesora técnico docente de música y artes escénicas en Educación, donde buena falta hacen y, sobre todo, que nos hagan caso. De todas formas, tengo que reconocer que existe una muy buena predisposición en el ministerio y es un buen momento para hacer cosas porque hay en marcha muchos planes. Estamos revitalizando el Consejo Superior de Enseñanzas Artísticas, que estaba bastante abandonado. La verdad es que hay muy buenas perspectivas para lo que son todas las artes escénicas y no sólo la música, sino también la danza y el arte dramático.

-¿Cuándo habrá en España la misma consideración y prestigio profesionales y académicos que en otros países para disciplinas como la música, la pintura o la danza?

-Evidentemente, no todas las leyes educativas las ven como asignaturas menores. Pero es verdad que en estos momentos está habiendo muchos estudios, digamos con pruebas fehacientes, de todos los beneficios que tiene la música y el resto de artes para el aprendizaje en cualquier otra materia. Hay sectores que están llevando digamos a las aulas este nuevo vehículo de las artes para potenciar el aprendizaje de otras materias. Sí que hay ahí un movimiento de base que es consciente de todo eso, y es receptivo al respecto. Ahora mismo hay una buena predisposición para que la música ocupe el lugar que se merece. De todas formas, tampoco hay que olvidar que se han hecho muchas a este respecto. Por ejemplo, hace años se implementó la vía de música y artes escénicas en el Bachillerato y aquello fue un avance muy importante para aquellos alumnos que querían estudiar la asignatura de música porque en el Bachillerato podían cursar ya asignaturas relacionadas con esa materia.

-¿No le parece que en este asunto habría que empezar por educar a los progenitores de esos jóvenes que quieren ser músicos?

-Siempre es un problema de cultura y de educación. Es verdad que, por ejemplo, en Galicia existe una gran afición a la música porque la gente se vuelca con ella. Sin embargo, falta ese punto de vista de la música como profesión, como título profesional. Personalmente pienso que en estos momentos es lo que se echa en falta porque la afición ya existe. Falta por dar a conocer que la gente puede vivir de la música de manera profesional. Realmente, la música tiene muchísimas salidas. Habrá que gente que diga que concertistas hay dos o tres en el mundo, pero esa es una de las numerosas salidas profesionales que tiene la música. Hoy en día están los directores de teatro, los lutieres, los técnicos de sonido... o sea, hay miles de posibilidades profesionales. También tienes la docencia, pero digamos que esa vertiente es más conocida y habitual. Con esto te quiero decir que existe un abanico enorme de posibilidades profesionales que es verdad que se desconocen por el gran público.

-Explíqueme cómo se puede enseñar a improvisar porque parece algo incongruente, ¿no?

-La verdad es que en las artes escénicas la palabra improvisación no significa inventar sin partir de nada. Realmente la improvisación, como también le sucede al jazz, parte siempre de unos conocimientos preconcebidos y de una estructura asentada. Yo no puedo improvisar nada si no domino el lenguaje. Por lo tanto, si no sé hablar pues no puedo improvisar. En la música sucede algo similar. Si no conozco la base musical, es evidentemente que no puedo transmitir nada con ella. Siempre dentro de la improvisación existe un gran conocimiento de la música, del lenguaje y de la forma musicales. Lo contrario es otra cosa.

-¿Existen diferencias de sexos a la hora asimilar los conocimientos musicales y artísticos en general?

-En lo que es la interpretación instrumental hasta hace poco sí que se notaba que había instrumentos que eran más, digamos, predilectos de uno u otro sexo. Por ejemplo, los instrumentos de viento eran más del sector masculino. El piano, la cuerda y demás eran los elegidos por el sexo femenino. Pero realmente los datos que manejamos hoy en día en cuanto a las estadísticas, que las hay ya en el ministerio y que por supuesto las solemos manejar, se sabe que la cosa se está equilibrando a la hora de iniciarse en cualquier instrumento musical y de manera paulatina.

-¿Cómo lleva lo de tener que vivir tan lejos de su tierra natal?

-Suelo ir a Galicia, y a Lalín en particular, siempre que puedo. De hecho, estuve allí el lunes y el martes pasados. Me desplacé hasta Orense para impartir un curso en el conservatorio profesional de música de esa ciudad. Además, estoy muy vinculada a Galicia primero porque tengo allí mi cátedra, segundo porque tengo a una gran parte de mi familia viviendo en Lalín y tercero porque tengo mucha vinculación profesional. Estoy trabajando en una próxima comunicación que probablemente saldrá en Galicia y tengo también algunas ofertas para impartir otros cursos. Así que, aunque vivo en Madrid, continúo muy vinculada a mi tierra por distintos motivos.

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