Sentir cómo se eriza la piel; cómo el corazón se acelera y los músculos se tensan; cómo el cerebro procesa ansioso la información mientras el ansia de conocer el final de la historia vence el pulso al miedo. Las historias de terror, y en especial aquellas que hacen a quien las descubre navegar por el mar de la incertidumbre, tienen algo que cautiva, que engancha. Lo sabe bien Pedro Pérez, crítico de cine y uno de los fundadores del festival Panic de A Estrada, inmerso en un proyecto que busca poner ante el objetivo de su cámara a todo aquel estradense que esté dispuesto a compartir esas historias que guarda en un cajón y para las que no encuentra una explicación.
Apariciones, premoniciones, brujas o la mítica Santa Compaña son algunos de los ejemplos del material con el que desea trabajar este extremeño afincado en A Estrada para conformar una miniserie centrada en los misterios del municipio. Pérez es consciente de que en muchas parroquias existen historias de este estilo, que él buscará desempolvar. Para ello aguarda que cualquier persona que tenga una que compartir pueda exponerla ante la cámara.
El proyecto se enmarca entre las actividades del Panic, que este año volverá a "sembrar el terror" en A Estrada entre los meses de enero y febrero, con una apuesta decidida por el séptimo arte.
Aunque reconoce que queda mucho camino que recorrer para que este proyecto llegue a puerto, Pedro Pérez tiene ya algún material para este audiovisual sobre misterios de A Estrada. Cuenta al menos con el testimonio de un vecino de Olives que asegura haber visto muchos años atrás un ataúd moviéndose en un paraje forestal. Las historias que ligan la aparición en alguna aldea de un "hombre alto" ajeno a la vecindad y la muerte, al día siguiente, de algún habitante de la zona figuran también entre el material para este trabajo, al que se espera sumar alguna historia de una bruja o de premoniciones.
La idea es que el municipio pueda mostrar públicamente una serie de historias que todo el mundo ha escuchado alguna vez y que, de algún modo, tienen un importante componente etnográfico. La pretensión de Pedro Pérez es dejar que la cámara recoja el testimonio libre de cualquier persona interesada en colaborar, insertando algún componente gráfico o cualquier material que se estime oportuno si fuese posible.
Asume este estradense que la labor no es sencilla, ya que muchos pueden estar dispuestos a contarle su historia pero no a permitir que la cámara recoja una vivencia impregnada de misterio o para la que, simplemente, no se encuentra una explicación lógica.
