El estradense Martín Cañedo estudió Geografía pero los caminos de la vida lo llevaron a convertirse en productor audiovisual. El joven emprendedor sin embargo quería ir más allá en su vida y terminó encontrando un proyecto hecho a su medida, la apicultura. Lo hizo desde cero, ya que no tenía experiencia previa, pero tras varios cursos presentó su propuesta a la Xunta de Galicia, que gestionaba fondos europeos para proyectos agrarios en 2016, entre ellos, los apícolas. Tres años después de la concesión de esa ayuda, la vida de Martín Cañedo ha cambiado mucho. Hoy vive entregado al cuidado de sus 220 colmenas, cuya miel va a comenzar a comercializar. Su proyecto sin embargo ha ido un poco más allá, ya que ha formado "tándem" con productores de manzana, arándanos y otras frutas del municipio para beneficiarse mutuamente.
Apícola Cañedo, nombre de la firma creada por el estradense, cuenta con cuatro colmenares. Tres de ellos se encuentran en la parroquia de Moreira, pegadas a fincas productoras de manzana que pertenecen al presidente de la asociación Maceira e Sidra, José Antonio López Pampín. El otro se encuentran en la parroquia de Riveira, donde Ana Lanevshi tiene una plantación ecológica con diferentes producciones, especialmente de arándanos.
Cañedo explicó que, con esta iniciativa, tantos unos como otros salen beneficiados. En su caso, los productores son los que le ceden los terrenos necesarios para ubicar sus colmenas. Por contra, la presencia de las abejas en la zona permitirá que las cosechas sean muchos mejores. "Cuando busqué un sitio para empezar el proyecto López Pampín me dijo que le interesaba. Con las abejas cerca de los manzanos en flor él tiene más manzanas y de mejor calidad. El responsable de Apícola Cañedo explicó que esta asociación entre productores ha llamado la atención de la Asociación de Apicultores de Galicia, que tiene previsto realizar una visita para conocer la ruta de la sidra y también cómo está funcionando esta iniciativa entre sectores.
El proyecto puesto en marcha por el estradense está dando en estos momentos los últimos pasos hacia su consolidación. Así, recordó que la ayuda europea marcaba que tenía dos años para poner en funcionamiento 220 colmenas y que a partir de ahora tiene que mantener su actividad durante un mínimo de cinco años. Durante este tiempo Cañedo ya ha comenzado a comercializar su miel, aunque lo ha hecho principalmente a granel, sirviendo 300 kilos de miel para otras envasadoras. Además, ha realizado venta directa dentro de los márgenes permitidos. Esta campaña sin embargo dará un paso más con el etiquetado y comercialización de su miel. Calcula que este otoño producirá en torno a 2.000 kilos de miel para esta venta etiquetada-mantendrá también la venta a granel-, aunque reconoce que todavía no tiene sus 220 colmenas a pleno rendimiento.
"De la miel se puede vivir. Yo lo estoy haciendo", afirma Cañedo tres años después de embarcarse en este proyecto, aunque reconoce que también exige trabajo. "Con tantas colmenas, cuando acabo atender la última ya tengo que empezar otra vez con la primera. En invierno tocan trabajos desbroce y preparación. En primavera ya hay que atenderlas y en otoño, recogida. Esto es como tener ganado. Necesita atención diaria".
