-¿Cuál es su vinculación actual con la tierra de sus antepasados?

-Cuando era pequeño, hasta los 14, 15 y 16 años, iba todos los fines de semana a visita a mis abuelos. Mis abuelos por parte paterna y materna eran en Lalín, de Zobra y de Botos, y la vinculación que tengo con Lalín es total porque es mi tierra, la quiero muchísimo. La semana pasada falleció mi abuelo y la relación que tenemos en mi familia es muy fuerte e intensa. Así que la tierra de mis abuelos y de mis antepasados es mi tierra, como no puede ser de otra manera pienso yo.

-¿Espera algún poder ejercer su profesión de arquitecto?

-Yo como arquitecto acabé la carrera un poco desilusionado viendo el panorama laboral de este país, y sobre todo de qué manera se trata a los profesionales de la arquitectura porque considero que es una profesión fundamental. Al final, si vivimos en espacios mal diseñados las cosas no van a funcionar como deben. Yo acabé con un mal sabor de boca porque en este país la profesión no se la trata como yo creo que se la debe tratar. A los arquitectos españolas fuera de aquí se les reconoce como tales y aquí no.

-¿Y hacer algo en Lalín?

-El día de mañana ejercer como arquitecto quizás no, pero sí en la tierra de mi abuelo, en la aldea de Zobra, me gustaría poder restaurar las casas de mis antepasados y crear espacios que sean interesantes, y al final no perder esos núcleos rurales que son fundamentales aquí, en Galicia, si me gustaría poder aportar mi modesto granito de arena. Sería bonito poder hacer algo así en una tierra a la que le tengo un cariño muy especial, como te decía antes, desde que era muy pequeño.