La Xunta de Galicia aprobó a finales de septiembre el decreto de artesanía alimentaria que elaboró la Consellería de Medio Rural a través de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (Agacal) con el objetivo de poner en valor los productos agroganaderos artesanales y proteger a sus productores. Esta medida es aplaudida entre los distintos sectores de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, aunque esperan que se respalde solo a los que realmente cumplen todos los criterios para ser considerados artesanales.
Este nuevo decreto regula las condiciones técnicas específicas necesarias para la producción artesanal de los productos alimentarios evitando que se vendan artículos como caseros, sin de verdad serlo. "Yo como consumidora, creo que deberíamos de tener claro lo que estamos comprando y muchas veces esto no pasa y si tienes un sello de garantía de que realmente es artesano te proporciona otras a mayores porque será más saludable, se supone que no tendrá ningún tipo de adictivo, etc", indica una responsable de la cooperativa lalinense Hoxe. "Me parece muy bien porque ahora no puedes usar la palabra artesanal en ningún tipo de etiquetado, ni en una página web... lo que provoca que al final el consumidor no tiene diferenciación entre el producto que se hace de manera artesanal, como se hizo toda la vida, y uno industrial", añade José Antonio Pousa, de Licores Pousa, de Lalín.
Si el producto alimentario está incluido en el ámbito de protección de una denominación de origen o indicación geográfica protegida, la norma obligará a que sea incluido en ella. Además, para ser producto artesano las materias primas deben ser seleccionadas y no se puedan utilizar potenciadores de sabor, colorantes o saborizantes artificiales, ni grasas trans o procedentes de la palma o del coco. "Nosotros apostamos por lo artesanal y sobre todo, por productos naturales sin ningún tipo de adictivos o colorantes", apunta Pousa.
No se podrán utilizar productos semielaborados como materia prima, excepto en casos excepcionales, pero se admitirá el empleo de medios mecánicos para determinadas fases del proceso de elaboración. Además del sello genérico de Artesanía Alimentaria habrá otros dos productos artesanales específicos: uno de ellos para los productos artesanales caseros o de la casa y otro para los artesanos de montaña que llevarán también su propia identificación.
Asimismo, el decreto establecerá que, para garantizar la intervención personal del artesano en el proceso, no se admitirán reetiquetajes ni razones sociales que intervengan en el circuito comercial que no sean las de la empresa artesanal que elabora el género, ni se permitirá tampoco el uso de marcas que no sean de ella.
La responsable de Rosquillas de Aurita, de Lalín, también aplaude esta medida. "Para mí es un hobby, que da mucho trabajo y los márgenes son pequeños porque es todo artesanal, por lo que es mucha mano de obra y el beneficio muy poco, pero la verdad es que la gente apuesta por la calidad a la hora de comprar y como es normal, son más caras que las industriales, pero la gente prefiere pagar porque sabe lo que come, que es algo natural y hechas con mucho cariño", indica y recibe de manera positiva este decreto. "Está muy bien que nos apoyen porque un trabajo artesanal tiene muchísimo mérito y ya no existe casi, porque no es rentable porque es mucho trabajo, hay que dedicarle mucho tiempo y los beneficios no son grandes", recalca.
Entrada en vigor
Sin embargo, la entrada en vigor de esta normativa aún tardará porque primero es necesario desarrollar las normas técnicas y se podrá en marcha a los seis meses de ser publicada en el Diario Oficial de Galicia (DOGA). Se distinguirán 16 grupos de productos: lácteos, cárnicos, de pesca y de la acuicultura, vinos, licores, sidra, cerveza y productos de panadería y confitería, entre otros y cada uno tendrá su propios requisitos. "Está claro que el término artesanal está muy mal usado actualmente, era necesario la regulación de una vez, ya que llega tarde, parece que la Xunta dudó mucho tiempo en sacar el decreto. A nosotros como empresa no nos afecta, pero es cierto que otras empresas que no son artesanales usan ese término inadecuadamente", señala un responsable de la cooperativa Hoxe.
Los artesanos también piden que se estipule correctamente esta ley y beneficie a lo que es realmente es artesanal. "Introducir los productos agrarios hechos de manera artesanal en el mercado de una manera diferencial me parece bien, pero que no sirva para meter productos que no están a la altura agroalimentaria óptima, sobre todo en la parte más crítica que es la garantía alimentaria. Que se cumplan los criterios fiscales, de registro sanitario ... y el concepto casero, por decirlo de algún modo, no es un aval de calidad sino que tiene que tener unos criterios de tratabilidad, de higiene, de garantía y de cierta profesionalidad", subraya el estradense Jesús Armenteros, de Sidra Ribela.