La nariz se arruga con solo pensar en su presencia. Es casi un acto reflejo. Su imagen tiende a ligarse a la suciedad, a una amenaza para la salubridad a la que parece gustarle tanto la oscuridad como el factor sorpresa. Sin embargo, su presencia es segura en cualquier ciudad. Eliminar la existencia de roedores en un entorno urbano es una misión imposible. La única alternativa pasa por mantenerlos bajo control y evitar que proliferen, de ahí el empeño de instituciones como el Concello de A Estrada por aplicar planes de desratización en las calles y edificios públicos de la capital estradense.
Cubos de basura y zonas en las que se generan restos de comida son los lugares favoritos para las ratas. Al fin y al cabo, estos depósitos ofrecen un bufé libre para los roedores, animándolos a abandonar la oscuridad de las alcantarillas para asegurarse el almuerzo. Sin embargo, la misión de la empresa Tragal -una firma especializada a la que el Concello tiene contratada la lucha contra los roedores- es procurar que se queden en el intento. Los trabajadores de esta empresa utilizan las propias tapas de registro de las alcantarillas o las repisas que ofrecen algunas de ellas para ofrecerles otro bocado. Se trata de un raticida parafinado en bloques, que aguanta mucho más la humedad que en el caso del veneno en grano o en cereal. Se coloca con hilo resistente o alambre, para evitar que llegue a caer en el agua.
Las visitas de esta empresa especializada se producen al menos una vez al mes. Dos o tres operarios peinan las calles, siguiendo las fichas que tienen de las distintas partes del casco urbano para ir visitando, al menos tres veces al año, cada una de las zonas en las que tienen dividida la villa. Su labor se extiende también a colegios y edificios municipales.
Desde Tragal se reconoció ayer que existen zonas del casco más sensibles a la presencia de roedores, caso de aquellas en las que, como queda avanzado, se generan desperdicios de comida. Es por ello que se pone especial empeño en revisar entornos como el del Novo Mercado.
La empresa explica que, en un medio urbano, las alcantarillas son el lugar escogido por las ratas, a excepción de que pueda haber alguna finca con importante vegetación que pueda darles cobijo. "Generalmente suelen salir por la noche, en momentos de más tranquilidad", indican. En cualquier caso, estos expertos apuntan que A Estrada, en comparación con otros municipios, no tiene una incidencia importante en lo que a presencia de roedores se refiere. Indican que el problema suele aumentar en zonas de mar o de río, donde las mareas terminan afectando a la red de sumideros y motivan que estos animales salgan a la superficie.
Los controles son continuos y se intensifican en caso de advertencias ciudadanas. De hecho, los trabajadores de la empresa especializada encargada de este control suelen aprovechar sus visitas al municipio para preguntar a los vecinos si vieron alguna rata en la vía pública, a fin de poder incidir más en determinadas zonas.
En cuanto a cómo van comprobando el tratamiento que aplican a través de bloques de raticida está causando el efecto deseado, las mismas fuentes explican que en el caso de A Estrada hay determinados registros que saben que, por su situación, son intersecciones de la red de saneamiento. Indican que algunas de estas son zonas secas o con repisa bajo la tapa de la alcantarilla, de tal manera que, simplemente comprobando si la pastilla ya no está o ha sido mordida, canta a las claras que pasaron roedores por la zona. En cambio, si todavía permanece, se descarta la presencia de estos animales en el entorno.
Desde Tragal se apunta también que las políticas municipales en relación a la limpieza de solares también evita la proliferación de roedores al asegurar que se elimina "la vegetación que les da seguridad".
La empresa tiene comprobado también -no solo en el caso de A Estrada- que hay determinadas situaciones que sirven de atrayente para las ratas. Explican que es este el caso de las zonas donde se instalan servicios de pulpería. Al tirar el agua de preparar este plato por los sumideros, el aroma a buena comida lleva a estos animales a salir de su escondrijo.
