-Entonces, ¿se podría decir que Venezuela está saliendo de su profunda crisis económica?

-No lo sé. Cuando te decía que se está construyendo muchos edificios es porque los estoy viendo creer. A pocos metros de donde yo estoy se está levantando una manzana completa que incluye un hotel de cinco estrellas. Esa es la parte que uno si se pone analizarla comprueba que no se explica por aquí.

-Sin embargo, sí se pudo ver como el gobierno en su momento adoptó medidas muy drásticas con la población.

-Por supuesto. Ahora me viene a la cabeza todo lo que hicieron con bienes que han expropiado o con inmuebles que también expropiaron sin dar mayores explicaciones. Pero, bueno, sin embargo de repente estos últimos años todo ha dado un giro y parece que eso se ha tranquilizado un poco y las empresas empezaron a operar y entonces se está utilizando el dólar. Si se quiere todavía no está legalizado, pero el comerciante está utilizando el dólar para comprar y vender. Hasta los perros calientes se venden en dólares.

-¿Es usted optimista al respecto? ¿Cree que esa mejoría de la que habla puede incluso afianzarse en Venezuela?

-Nadie sabe lo que va a pasar en Venezuela. De todas formas, parece que existen síntomas e indicios de que pueda haber un cambio en cualquier momento. Parece que hay conversaciones entre todas las partes y a muy alto nivel. Ninguno de los políticos han negado que existan negociaciones entre ellos. Y eso es algo que todo el mundo estamos esperando.

-¿Qué piensa la clase empresarial venezolana de todo eso?

-Lo que escucho entre mis compañeros de un tiempo a esta parte es que, como te digo, la perspectiva más cercana es que puede haber un cambio a corto plazo en el país. Insisto en que tal y como están las cosas por allá es muy difícil predecir nada porque todo sucede muy deprisa, pero esa es la impresión que saco de lo que me dicen.