-En los últimos años la palabra feminismo está en boca de todas y todos. ¿Cree que se está convirtiendo en una moda o en una estrategia electoral?

-Es como todas las cosas. Creo que la gente que busca la igualdad debe centrarse en buscar la igualdad. Todo lo demás es aprovechamiento, pero no solo pasa con el feminismo, sino también con el ecologismo o cualquier otro ámbito. A mí no me resulta feminista que se exploten mujeres en el Tercer Mundo.

-No todos las se unen a las manifestaciones y concentraciones convocadas. ¿Qué les diría? ¿Les animaría a unirse a la lucha?

-Desde luego. De menos sirve quedarse en casa, lo que no se menciona no existe, lo que no se ve tampoco. Estamos en una sociedad mediática y visual y nos movemos por imágenes. Si algo no se ve, parece que no existe. Y las manifestaciones existen y al verlas se habla de ello y la gente toma cada vez más conciencia. Sino, estaríamos todos y todas reclusos en casa sin salir a nada.

-¿El final del camino que busca la igualdad de oportunidades está cerca?

-Aún queda tiempo. Muchas veces la gente piensa, en especial desde redes sociales, que no tenemos derecho a quejarnos. Luchamos por nosotras y por el sitio en el que estamos, pero también luchamos por los derechos de todas mujeres, no solo de A Estrada, Galicia o España. En la medida en que nosotras podemos tener privilegios, porque somos personas privilegiadas por la parte del mundo en la que nos toca estar, y en la medida en que tenemos ciertos privilegios con respeto a otras mujeres, lo que queremos es que estos no decaigan y se extiendan a otras mujeres. Si dejo de protestar por ciertas cosas, su situación mala se puede extender a nuestra parte del mundo y no nuestra situación buena a ellas.