Emocionante y entrañable fue el sencillo homenaje realizado ayer a una de las abuelas de Lalín, Cruz Bouza Rojas. Los vecinos de la localidad se volcaron en unos actos que obligaron a cortar el tráfico durante dos horas en la calle T y que contaron con la presencia del alcalde José Crespo y las concejalas de Benestar Social y de Cultura, Paz Pérez y Begoña Blanco, entre otros miembros de la corporación municipal. Cruz Bouza, que llegó en silla de ruedas junto a varios miembros de familia estuvo arropada, además, por varias decenas de vecinos en un evento que dio comienzo con la interpretación de varias piezas por parte de la Banda Xuvenil de Lalín. La formación musical finalizó interpretando el clásico "Cumpleaños feliz", que fue coreado por los presentes. Acto seguido las ediles Pérez y Blanco acercaron al lugar donde se encontraba la homenajeada una tarta de fresas con nata con varias velas. Cruz Bouza sopló las velas que la coronaban entre el aplauso de los presentes. El regidor municipal lalinense fue el encargado de entregarle, por último, una ramo de flores y varias botellas de vino.

De A Pontenova

Cruz Bouza es una mujer que llegó a Lalín hace 25 años procedente de su A Pontenova natal para cuidar a su yerno enfermo y, también, a su bisnieta a la que llevaba al colegio. En la cabecera comarcal dezana cuenta con una hija, una nieta, un nieto político, así como un hijo y una nuera en su municipio natal. Con casi 105 años, Cruz Bouza es una mujer que come de todo, pero reconoce que su plato favorito son los torreznos con patatas fritas y de sobremesa la tortilla al ron que le prepara su nuera. Tampoco suele faltar un vaso de vino en cada comida para esta mujer. Con una buena memoria, la centenaria que ayer fue reconocida por el pueblo de Lalín afirma ser feliz en la localidad, aunque dice que el último viaje lo hará en A Pontenova.