El gobierno lalinense pide "coherencia" y "unha mínima autocrítica" al exalcalde, Rafael Cuíña, por criticar el retraso de la reforma de Praza da Vila, que no llega a una semana, cuando todavía se están ejecutando obras de su mandato que tenían que estar rematadas por plazos y prórrogas incluidas "hace cerca de seis meses", caso de "la chapuza" de la calle Wenceslao Calvo Garra. "Da coraje que el exalcalde pierda la más mínima credibilidad", afirma, pues "si por algo no se destacó su gobierno fue por la celeridad en los procesos de tramitación y ejecución de las obras". Alude a "los casi dos años y medio" que llevó arreglar el auditorio tras un temporal, "año y medio" en retirar el puente de Bustelos, "más de tres meses sobre el plazo" en la Praza de Galicia, "muchos meses" desde el inicio de la tramitación de la rotonda de Donramiro hasta el remate de la obra o "casi dos años" para poner a funcionar la depuradora de Zobra. "Parece una broma de mal gusto que quien hizo de la demora inexplicable un modo de trabajar venga ahora criticando un retraso mínimo de una obra", que achaca a "la falta de la mínima cortesía institucional" por haber firmado el acta de replanteo pocos días antes de que tomase posesión el actual gobierno, a sabiendas de que no quería ejecutarla.