Las labores de desbroce en fincas y zonas verdes de O Regueiriño dejaron ayer a la vista estampas que distan mucho de ser ejemplo de cuidado del medio ambiente. La retirada de maleza en una parcela próxima al paseo fluvial permitió descubrir decenas de restos de plásticos y papeles semienterrados y que no hacen otra cosa que contaminar el suelo durante los años que tarden en degradarse. En el caso del plástico, y dependiendo de su tipo, puede tardar entre 100 y 1.000 años. Por desgracia, la presencia de estos desechos sobre el suelo, en lugar de estar en contenedores o en puntos de tratamiento adecuados, suele ser frecuente en algunos solares del casco urbano, como resultado de ña falta de concienciación vecinal.