La Virgen de A Lanzada, o Nosa Señora da Lanzada, volvió a ser el centro de la fe de cientos de personas que no se quisieron perder la conocida romería, que concluyó ayer después de tres días de fiesta.
El día grande tuvo lugar el domingo con la participación en el tradicional ritual a través del cual las mujeres y parejas muestran su devoción por la santa y sus bondades con la fertilidad femenina.
Fueron muchas las mujeres que tomaron las nueve olas que prometen un embarazo casi seguro o demostrar su fe barriendo en el interior de la capilla sanxenxina, que, como cada año, se quedó pequeña para la ocasión.
La fiesta campestre comenzó bien temprano de mañana con la música de la Banda de Sanxenxo y el grupo de gaitas Os do Barro. A estas actuaciones siguieron misas cada hora para los más devotos y a las 13 horas la homilía solemne, que contó con la participación del coro de San Esteban de Noalla.
El momento en el que salió la procesión, con la Virgen como protagonista, fue el que más personas congregó.
El grupo de Danzantes de Cobas se encargaron de amenizar el final del recorrido, para dar un toque lúdico a la celebración.
Pero los bailes típicos no cesaron, ya que por la tarde fue el turno del grupo Danzas Airiños da Lanzada, que dieron paso a la misa principal de las ocho.
Las orquestas D'Noche y Acirema pusieron la guinda a la romería con un espectáculo nocturno.
Las fiestas en honor a Nosa Señora da Lanzada se celebran siempre el último fin de semana de agosto. La romería congrega a cientos de fieles de toda la comarca, que creen en los beneficios que la Virgen puede tener sobre la fecundidad.
Se dice que el baño de las nueve olas solo surte efecto si se realiza antes de que el sol aparezca por el horizonte, así que son las más madrugadoras las únicas que pueden irse para casa con la esperanza de que la Virgen de A Lanzada les ayude en ese bonito proyecto que es tener un hijo. Ayer incluso repitieron parejas que, cuentan, lograron este objetivo en años anteriores tras realizar el ritual. ¿Casualidad o fe?
