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Gestión del ORAL para los municipios dezanos

Los concellos recurrirán a la vía de apremio para ingresar 1,3 millones por impuestos pendientes

La morosidad representa cerca de diez de cada cien euros de los principales tributos municipales del pasado año -El organismo provincial transfirió más de 11,6 millones a los ayuntamientos de su recaudación tributaria

Los contribuyentes dezanos dejaron el año pasado pendientes de pago en sus ayuntamientos más de 1,3 millones de euros de los principales tributos municipales. Esta es la cuantía acumulada en los seis concellos dezanos que figura en los datos de las liquidaciones practicadas por el ORAL el pasado ejercicio, organismo en el que tienen delegada la recaudación todas las administraciones municipales de las comarcas.

La mayor morosidad se produce en el abono del Impuesto de Bienes Inmuebles, aunque también existen cuantías respetables en otros impuestos y tasas como los de vehículos o la basura. Los llamados Bienes Inmuebles de Característica Especial (BICES) o actividades económicas son los que registran un menor índice de demora en el pago. El ORAL -con oficinas en Lalín y A Estrada- es un organismo dependiente de la Diputación provincial que permite a los concellos no solo gestionar los cargos de los tributos delegados, sino que por su organización es capaz de conseguir que no pierdan prácticamente un solo euro por su capacidad para el cobro en vía ejecutiva; es decir, cuando el plazo de abono voluntario expiró. Los más de 1,3 millones de euros pendientes de pago representan en torno al 10 % del total de los cargos. ¿Qué ocurre si un contribuyente se olvida de atender sus obligaciones tributarias con su ayuntamiento? Transcurrido el período de pago voluntario, el ORAL ya advierte en el recibo que en vía ejecutiva se aplicará inicialmente un recargo del 5% sobre el importe adeudado. Si se sigue desoyendo esta advertencia, luego el porcentaje se duplica y finalmente llega hasta el 20% a mayores, además del embargo del importe en las cuentas bancarias del particular o empresa morosa.

El organismo recaudador transfirió el año pasado al Concello de Lalín algo más de 6 millones de euros de los principales tributos y tasas y hasta 686.422 euros quedaron pendientes de abono en el período ordinario. Casi la mitad de esta suma corresponde a la contribución urbana, pero también destacan los 144.055 euros insatisfechos del impuesto municipal de circulación o los 145.000 de la basura.

Silleda recaudó 2,4 millones y exactamente 305.130 quedaron sin pagar. En este caso también cobra mayor relevancia los cerca de 138.000 euros del IBI de urbana o los 88.000 del impuesto de vehículos.

El ORAL recaudó para la administración local cruceña 1.357.746 euros y 141.181 quedaron pendientes transcurrido el período de pago voluntario. Aquí cabe destacar que la morosidad mayor también se debe a impagos por bienes inmuebles urbanos -64.364 euros- seguido muy de cerca por los 50.329 euros del impuesto de vehículos.

En Rodeiro el cargo líquido absoluto asciende a 884.606 euros y 74.116 pendientes. Llama la atención que, pese a que el impacto del la contribución urbana es mucho mayor que el aplicado a los bienes rústicos, en el primer caso son 22.839 euros lo que suman los recibos impagados y 18.700 en el IBI de rústica. Pero es más, el impuesto de vehículos pendiente de cobro es mayor que por la contribución urbana. La cuantía pendiente en Agolada alcanza los 66.980 euros y la recaudación fue de 664.591 euros, con el IBI de urbana como el principal foco de morosidad. Del mismo modo que en Dozón, donde representa casi la mitad de los 33.386 euros pendientes de cobro tras el período voluntario. Esta ayuntamiento ingresó en total 268.607 euros.

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