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El rescate de Os Casares

Vecinos de Loimil se unen para recuperar el viejo campo de fútbol abandonado y sin cuidados desde hace años

Varios de los integrantes de la asociación Xuntos por Loimil, durante los trabajos realizados ayer. // Bernabé/Javier Lalín

Fue en el año 2013 cuando el Estudiantil consiguió el primer ascenso de su historia a Preferente. El proyecto iniciado por el Peixeiro de Cirela daba sus frutos, un gran paso adelante en lo que fue uno de las mayores gestas logradas durante los más de treinta años de vida del campo de Os Casares. Esa fiesta y ese ascenso supusieron fin embargo el inicio de su ocaso. Las exigencias de la Preferente en cuanto a instalaciones obligaron al Estudiantil a dejar su histórico campo de tierra para mudarse al campo de hierba sintética de San Martiño, en Callobre. Fue una mudanza dura para muchos socios, que veían como el equipo dejaba su hogar para vivir en el exilio.

A lo largo de los seis años siguientes, el silencio se adueñó de Os Casares. Los ecos de aquella fiesta de ascenso se marcharon a lomos del olvido mientras la maleza y el óxido se adueñaban del corazón del viejo campo. Su estado de abandono fue tal que resultaba imposible jugar en él, con las silvas ocupando todo el terreno de juego. Además, los temporales levantaron parte del tejado de los vestuarios y tiraron con la tribuna, mientras los postes de la luz que lo rodean amenazaban con caer sobre el terreno de juego.

Así ha permanecido durante todo este tiempo, hasta ahora. Un grupo de vecinos de la zona de Loimil iniciaron el pasado martes los trabajos para recuperar y acondicionar de nuevo el campo de Os Casares. La iniciativa parte de la asociación Xuntos por Loimil, una entidad fundada hace solo seis meses con el objetivo de hacer cosas por la parroquia. Esta recuperación es su primer gran proyecto. Para poder llevarlo a cabo han puesto dinero de su bolsillo y su trabajo. Cuentan con cuatro máquinas, con desbrozadora y allanadora. Confían en poder terminar "lo más gordo" durante la jornada de hoy, aunque reconocen que todavía tienen mucho trabajo por delante.

Antonio Payno es el vicepresidente de la nueva asociación, que preside Jesús Figueroa. Payno fue durante años presidente del Estudiantil y a lo largo de su vida realizó diferentes labores dentro de un club que vio nacer hace muchos años. El expresidente recordó que durante décadas la zona de Loimil fue un referente en el mundo del fútbol del municipio, con dos campos y muchos aficionados que acudían a jugar allí. Así se creó el Agrupación Estudiantil. Su nombre viene del lugar de su nacimiento, el colegio de Oca. Representaba a seis parroquias: Riobó, Oca, Arnois, San Miguel de Castro, Orazo y Loimil, aunque recuerda que gente de Berres o Remesar también tuvieron una gran importancia en el club. Payno explicó que el campo de Os Casares, que por aquel entonces -en torno al año 1980- no era municipal, se hizo con la cesión de terrenos y el dinero de los vecinos. Después, fueron trabajando en él hasta terminar creando todas las instalaciones.

Esta larga historia es uno de los principales motivos de esta iniciativa vecinal. "Esto era una selva amazónica", explica Payno. "Ver cómo estaba este campo era una pena pero también una vergüenza para los vecinos", sentencia. Su objetivo principal con esta actuación es recuperar el campo para que todos los que lo quieran usar, desde niños a mayores, puedan hacerlo. Así se ha hecho durante décadas y así quieren que siga siendo.

Estudiantil

La iniciativa vecinal sin embargo ha calado en el Estudiantil. Desde Callobre miran con orgullo esta recuperación y ya han puesto sobre la mesa la loca pero emotiva idea de volver a casa.

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