Una vez que la OMIC en cuestión remite la reclamación al Instituto Galego de Consumo, la respuesta suele tardar una semana, como indica Inmaculada Galego. Entre las reclamaciones que gestiona, no suelen darse ninguna relacionada con comercios de textil o productos alimenticios.

Además de intentar llegar a un acuerdo con la empresa o servicio por el que se reclama, la OMIC de Agolada también alerta a los consumidores de que nunca manipulen por ellos mismos el producto sobre el que quieren formular una demanda. Galego menciona casos en los que le han llegado reclamaciones por televisores en mal estado o arreglos de coches que no han quedado a satisfacción del cliente, "pero éstos a veces intentaron reparar ellos mismos el motor, o abrieron la TV, y así la empresa ya no se hace responsable".

Tanto a la OMIC de Agolada como a la de Silleda han llegado vecinos de otros municipios sin este servicio, como Vila de Cruces, Dozón o Rodeiro. En Cruces, además, si un vecino quiere presentar una reclamación se le deriva a las oficinas de la Xunta en Lalín, a la web del portelo único de esta administración o se envía la documentación por valija a Santiago. A Agolada incluso llegaron reclamaciones de afectados por la estafa de las preferentes, que tuvo su vorágine de demandas en 2012. "Tuvimos una reclamación de una vecina de Pontevedra, que ante la demora en el servicio de este concello, por la avalancha de casos, tiró de guía telefónica y llamó aquí", narra Galego.