Todos los municipios de Deza, salvo Dozón, disponen de un punto limpio en el que depositar aquellos enseres que, por sus dimensiones o por sus características, no deben ir ni al contenedor de papel, ni al de vidrio, ni al de envases ligeros. Dozón, en su momento, intentó habilitar un punto limpio en el polígono, pero su precio obligó a descartar la propuesta y tiene como alternativa cuatro grandes contenedores para voluminosos en O castro, O Sisto, A Gouxa y Saa. Los gestiona Urbaser y es bastante frecuente que la gente deposite los materiales no dentro del contenedor, sino al lado.
El punto limpio de Lalín es que el más facilita la colaboración del usuario, con un horario de lunes a sábado y en turno de mañana, segundo consta en la web de Medio Ambiente. Permite, además de voluminosos y electrodomésticos, depositar desde vidrios domiciliarios como vajilla o cristal de ventanas hasta cartuchos de impresora, pinturas y disolventes.
El punto limpio de Lalín funciona desde 2005 en el polígono industrial Lalín 2000 y el coste de ejecución del proyecto de instalaciones rozó los 240.200 euros. Parte del coste se cubrió con los Fondos de Cohesión. El del concello vecino de Silleda, en Margaride, se construyó en 2006 con fondos propios de la Xunta, con un coste de 201.100 euros. En lo que va de año, estas instalaciones suman ya 1.011 usuarios, cerca de los 1.790 que tuvo en todo 2018. Está abierto al público los miércoles y sábados, de 9.00 a 14.00 horas y, como en el caso de Lalín, su uso es gratis. E igual que en la cabecera como en Rodeiro y Vila de Cruces, Silleda también ofrece un servicio de recogida a domicilio. Retomó esta actividad en marzo, de modo que todos los vecinos que deseen entregar muebles o enseres que no les sirvan han de llamar antes al 900 720 190. Desde 2007, el grueso de entregas en el punto limpio de Margaride se centra en grandes y pequeños electrodomésticos, pilas, aceites domésticos y minerales, o tubos fluorescentes sin romper. Eso sí, en estas instalaciones no se admiten neumáticos, tóner de impresoras, uralitas ni otros restos de obra, puesto que estos residuos deben ser tratados por una empresa especializada y han de ir a contenedores especiales.
Precisamente, los restos de obra son un vertido recurrente junto al punto limpio de Rodeiro, que funciona desde hace 15 años en el que era el antiguo vertedero, cerca del casco urbano en la carretera de Lalín. Entre que está en un sitio apartado y no cuenta con personal a diario (abre previo aviso), la zona es un reclamo para los autores de estos vertidos, que así eluden el coste que tiene su transporte hasta la planta de tratamiento. El alcalde, Luis López, confirma que la recogida a domicilio facilita un mayor uso de las instalaciones. De ahí que "es muy raro que algún vecino abandone un colchón o un electrodoméstico junto a los contenedores" de cartón, vidrio o ligeros.
El aumento de demanda de estos servicios es tal que el concello vecino de Agolada, que cuenta con un punto limpio en el polígono de Merlín, está pensando en habilitar otros dos. El regidor, Luis Calvo, explica que ya en su programa electoral PAYJ contemplaba habilitar otras instalaciones en el campo de le feria, en el casco urbano, y un tercero entre Agra y Val. El actual se está quedando pequeño para almacenar todos los enseres y además está cerrado por la tarde, añade el alcalde, que también constata vertidos en las inmediaciones.
