"Obradoiro de Sabores, Xeados Artesanais". A modo de aviso al consumidor y de filosofía de trabajo, esto es lo que reza el rótulo del obrador de helados artesanales de Alba Rodríguez y Eloy Rebolo. El establecimiento, que comenzó a funcionar en A Estrada hace ahora algo más de un año, continúa endulzando la vida de los estradenses más golosos.
El origen de este local fue, en cierta medida, consecuencia de un encargo que no estuvo listo en el momento adecuado. Un carrito para la venta ambulante de helados que no llegó a tiempo fue el minuto cero de una iniciativa empresarial que, hoy en día, cuenta con una clientela asentada y reúne a otros que se acercan por primera vez para disfrutar de los múltiples sabores naturales que elaboran. Tras un primer intento fallido de vender helados en la calle y eventos, Alba Rodríguez se decidió a instalar, en el mes de junio del año pasado, una vitrina en un diminuto y acogedor local en la calle Serafín Pazo. Desde aquella el negocio funciona viento en popa. A pesar de su reciente apertura, la relación entre esta pareja y la heladería, viene de años atrás. Alba comenta que le gusta mucho este producto estival y que, además, lo elaboraba en su casa para consumo propio. Eloy, por otro lado, se dedica desde hace años a la distribución de elementos del sector de la heladería como barquillos, tarrinas o cucharas.
"Funciona por el boca a boca", confiesa Alba. A lo que añade que también usan las redes sociales para darse a conocer, lo primero es más efectivo. Aunque sí es cierto que a través de sus redes comparten los sabores y las nuevas actividades que están emprendiendo. Precisamente, entre ellas se encuentran talleres con los más pequeños del municipio o la venta de sus elaboraciones en distintos eventos en un carrito que clama creación artesanal, eco-responsabilidad, productos de temporada.
Entre los hechos que prueban su deseo por la eco-responsabilidad está, por ejemplo, el uso de cucharas de madera. "Intentamos utilizar la menor cantidad de plástico posible", subraya Alba. Asimismo, en sus creaciones prima la leche ecológica procedente de Lalín. "La traemos en calderos de acero", explica. Después, esta leche la deben pasteurizar. A esta tan solo le queda por añadir nata, azúcar y la base. Para convertir el lácteo en el producto estival por excelencia debe procesarse en una mantecadora, además de sumarle el sabor deseado.
El Obradoiro de Sabores apuesta, en medida de lo posible, por productos locales y de temporada. Además de comprar fruta a productores del municipio, como pueden ser los arándanos y grosellas, también tienen su propia cosecha a la que le dan buen provecho. De este modo, de su finca proceden algunos de los sabores estrella como pueden ser las frambuesas.
Con lo artesanal, natural y ecológico por bandera, iniciativas como la emprendida por Alba Rodríguez y Eloy Rebolo demuestran que cada vez hay una mayor concienciación, no solo por el medio ambiente, sino por la importancia del consumo del producto local. Esta fórmula, no solo garantiza una clientela fija y concienciada, sino el éxito asegurado.
