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En busca de una segunda oportunidad

Impulsan casas de acogida de gatos por el aumento del número de crías abandonadas

Almudena Froiz y Marimar Sotelo posan junto a varios cachorros de las casas de acogida. // Bernabé/ Javier Lalín

La temporada estival es la época maldita para muchos animales domésticos ya que sus dueños aprovechan para abandonarlos. En lo que llevamos de año, en la comarca de Deza se han abandonado 165 animales de los cuales solo 29 han sido adoptados y 12 recuperados por los propietarios. En el caso de los gatos, la falta de una ley que obligue a instalar microchips hace que, una vez que se pierden, es muy complicado devolverlos a sus dueños.

Ante una situación así, el trabajo de asociaciones como la Protectora Bigotes Colonias de Gatos de Lalín, se vuelve vital para la supervivencia de muchos de ellos. Desde hace dos años, se encargan de cuidar y proteger aquellos felinos que viven abandonados en determinadas colonias del Concello lalinense. Aunque también realizan rescates de gatos perdidos: "Tenemos el 50% de éxito en entregas de estos animales perdidos a sus dueños", asegura Luz Fernández Blanco, miembro de la Asociación. Aquellos animales que no tienen la suerte de regresar a su hogar son entregados a casas de acogidas, colaboradoras con la protectora.

De manera altruista, Marimar Sotelo y Almudena Froiz, lleva formando parte de esta iniciativa desde hace un año, convirtiendo su propia casa en un lugar de acogida. La experiencia de colaborar, durante ocho años, con otra asociación en Madrid, hizo que Marimar Sotelo quisiera continuar con este proyecto a su llegada a Silleda. Este verano ha recibido seis cachorros, una cifra que aumenta con respecto al año pasado: "Es preocupante que con tan poco tiempo de vida estos animales sean abandonados, lo que hace que el índice de mortalidad continue siendo muy elevado", afirma Marimar Sotelo.

Una vez instalados en la propiedad, pasan a estar en cuarentena por precaución hasta que empiezan a convivir con los demás gatos. El proceso de adopción no resulta complicado pero se requieren garantías de que el animal va a recibir un buen trato: "Mi prioridad es que el cambio de lugar sea lo menos traumático posible para el gato", apunta esta colaboradora. Para eso, se realiza una primera criba, en la cual se decide si la persona interesada es válida o no para adoptar, aunque en muy pocas ocasiones se deniega la solicitud.

Cada vez la gente empieza a ser más consciente de esta realidad, aún así el nivel de abandono sigue siendo mucho mayor que el de adopción: "La media de edad de los felinos que viven en una casa o en piso es de 17 a 20 años. Sin embargo, una vez que son abandonados, no superan el año de vida", concluye Sotelo. Las condiciones en las que son encontrados muchos de ellos, hace que su supervivencia sea casi un milagro, como les sucedió a la pareja de hermanos Hipo y Vicky. Ambos gatos fueron encontrados dentro de un contenedor, con claros signos de hipotermia y hambre. Con solo mes y medio de vida, estos animales fueron abandonados rodeados de pulgas y parásitos. Pero a veces las historias tienen un final final, y después de año y medio en esta casa de acogida, fueron adoptados por una familia el pasado mes.

Desde la asociación Bigotes, buscan hacer ver que los gatos que se encuentran en estas colonias pertenecen a todos los lalinenses y mantienen la esperanza de que, algún día, la palabra abandono desaparezca de nuestro vocabulario.

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