Hace años que un cartel advierte, en uno de los accesos al conjunto arquitectónico que conforman la torre y el pazo de Guimarei, de que existe peligro por riesgo de derrumbe. Ni los propietarios ni la administración se encargó de colocarlo. Fueron vecinos de esta parroquia de A Estrada los que, viendo la situación en que se encuentra esta construcción, tomaron la decisión de advertir a quienes se acercan hasta Guimarei para visitar este emblema de A Estrada, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1949. El edil estradense de Cultura y alcalde en funciones de A Estrada, Juan Constenla, confirmó en la mañana de ayer la intención del Concello da dar traslado a la Xunta de la situación en que se encuentra este elemento, pidiendo a Patrimonio que inste a los propietarios a mejorar sus condiciones de conservación y de seguridad.
Desde el Concello se entiende que no es la administración municipal la que tiene competencias en esta materia, habida cuenta de que este bien no forma parte del patrimonio público del municipio.
En todo caso, la Lei do Patrimonio Cultural de Galicia recoge, en relación a los Bienes de Interés Cultural (BIC), que los titulares de derechos reales sobre bienes protegidos integrantes del patrimonio cultural de Galicia están obligadas a conservarlos, mantenerlos y custodiarlos debidamente y a evitar su pérdida, destrucción o deterioro. Se indica también que la Xunta de Galicia fomentará medidas y actuaciones dirigidas a garantizar la protección del patrimonio cultural de Galicia, pudendo acordar medias de colaboración con otras administraciones -incluida la local- de cara a fortalecer y mejorar la vigilancia y la seguridad de los bienes que integran el patrimonio cultural gallego.
Hace más de cinco años que vecinos del entorno tomaron la iniciativa de colocar los citados carteles en uno de los accesos a la torre de Guimarei. Fuentes vecinales insistieron entonces en su miedo a que jóvenes de la zona, que con frecuencia se reunían en las proximidades de la finca sobre la que se levanta esta construcción, pudiesen subirse a estos muros y llegase a producirse un accidente por el estado actual de la construcción, con frecuencia asediada por la maleza y con la vegetación creciendo entre sus piedras.
Visita
Aunque el Concello de A Estrada no ejerció el derecho de retracto que el Tribunal Supremo le concedió en 2007 para poder sumar este BIC al patrimonio de todos los estradenses, la catalogación de esta torre como Bien de Interés Cultural garantiza su visita pública, pese a ser una propiedad privada. La ley es clara en este sentido, recogiendo que las personas propietarias de bienes declarados BIC han de permitir su visita gratuita un número mínimo de cuatro días al mes durante, por lo menos, cuatro horas al día. Sin embargo, dado el estado actual de la construcción y el riesgo que aseguran los carteles -a falta de que técnicos en la materia se pronuncien al respecto- parece recomendable mantener en el recorrido la oportuna cautela.
La situación de peligro y deterioro no fue solo percibida por vecinos de esta parroquia de A Estrada. Desde febrero de 2016 -por tanto hace más de tres años- este emblema estradense pasó a integrarse en la bautizada como Lista Roja del Patrimonio, una iniciativa de la Asociación Hispania Nostra que busca dar a conocer y proteger elementos del patrimonio cultural y natural que se encuentra "en abandono y en peligro". En esta lista se incluyeron tanto la torre como el pazo de Guimarei. Su ficha recoge en el apartado de estado de conservación "en proceso de ruina", añadiendo que los edificios están "cubiertos de vegetación". En cuanto a las razones que se esgrimen para la inclusión en la Lista Roja se apunta: "en proceso de total ruina por abandono y la acción de la vegetación. Expolio".
Esta torre medieval defensiva se remonta al siglo XII. Tiene unos 10 metros de altura y está conformada por los sillares de piedra propio de construcciones de esta naturaleza. La citada ficha recoge que disponía originalmente de tres plantas y techos abovedados. Destruida la revuelta de Os Irmandiños, fue reconstruida en el siglo XVII, siglo en el que se data el pazo anexo. El conjunto fue objeto de negociaciones entre el Concello y sus propietarios desde la década de los 70.
