El Concello de A Estrada está detectando este año un repunte de las denuncias urbanísticas por ruido, en su inmensa mayoría cursadas por particulares en relación a establecimientos hosteleros. El edil estradense de Urbanismo, Gonzalo Louzao Dono, puntualizó que este tipo de denuncias no deben confundirse con los informes de la Policía Local tras ser alertada por algún ciudadano por el exceso de ruido en un local o una vivienda determinada. Para que el Concello abra un expediente en esta materia es preciso que se formalice la denuncia correspondiente en el área municipal de Urbanismo.

Cada vez que se registra una denuncia de esta naturaleza o que el Concello decide actuar de oficio ante una situación concreta, la administración municipal recurre a una empresa especializada y homologada por la Xunta para la realización del informe correspondiente y la proposición de medidas correctoras. Louzao Dono indicó que hace un par de años el Concello, ante el número de expedientes que se registraban por ejercicio, pagaba una cantidad anual a una empresa para que actuase cada vez que sus servicios fuesen requeridos.

Sin embargo, tras una época sin denuncias se optó por abonar los informes que puntualmente fuesen precisos, sin contar con estos servicios contratados de forma anual. No obstante, ante el incremento de denuncias -el departamento tiene en marcha actualmente cuatro expedientes-, el gobierno está valorando la posibilidad de volver al sistema anterior, buscando lograr un ahorro.

El edil de Urbanismo apuntó, aunque habitualmente se tiende a relacionar este tipo de infracciones con los locales nocturno, los expedientes abiertos también se ligan a ruidos en establecimientos de apertura diurna. Apuntó que dentro de los oficios de disciplina urbanística el expediente por ruidos es una de las más comunes.

Ante un caso como este, el Concello recurre a la empresa especializada, que se pone en contacto con el denunciante en total desconocimiento por parte del denunciado, a fin de evitar que modifique su rutina habitual. La medición no se realiza en el local denunciado sino en la vivienda del denunciante, buscando comprobar hasta qué punto se está viendo afectado por la situación que motiva su recurso a la administración.

Informe

Una vez efectuadas las mediciones con los equipos especializados, la empresa tardaría unos cinco días laborables para entregar el informe. En él se especificará si existe incumplimiento de la normativa vigente en materia de ruidos por parte del denunciado, en qué medida y cuáles podrían ser las posibles medidas correctoras.

Además, según se explicó desde el departamento municipal de Urbanismo, la empresa cataloga el tipo de infracción. Llega entonces el momento de que el Concello notifique al titular de la licencia en qué situación se encuentra, apoyándose en el informe de los especialistas. Este especifica cómo corregir el problema, cuándo tendría que hacerlo el infractor y cuánto le costaría. Como queda avanzado, el informe cataloga la infracción y el Concello realiza el correspondiente requerimiento al local para que, informado sobre cómo actuar y cuánto podría suponerle en términos económicos, subsane la problemática en un plazo temporal concreto.

Una vez transcurrido este tiempo se realizaría una comprobación de que las medidas correctoras hayan sido aplicadas. La administración local tiene ahora varias posibilidades de actuación. Puede comenzar a interponer al establecimiento multas coercitivas para forzarlo a la ejecución de las obras necesarias para solventar la infracción en materia de ruidos o bien el Concello puede realizar subsidiariamente las obras y girar el correspondiente cargo al afectado, si bien esta opción es menos frecuente. La última alternativa si no se adoptan las medidas exigidas pasa por precintar el local y cerrarlo al público.

Desde Urbanismo se reconoce la tendencia de este tipo de expedientes a coincidir en el tiempo, con épocas en las que las denuncias por ruidos se suceden en alternancia con otros períodos en los que no entran en el departamento expedientes de esta índole. La llegada del verano y la concentración de actividad festiva acostumbra a hacer aflorar en mayor medida este tipo de denuncias.