Un vertido volvió a teñir el río de gris e inundó el ambiente de mal olor aguas arriba de uno de los reclamos turísticos más importantes de la comarca, la Fervenza do Toxa, en Pazos (Silleda). Al lugar se desplazaron el miércoles técnicos del Plan de Control de Vertidos (PCV) de Augas de Galicia y agentes del Seprona de la Guardia Civil -unos y otros tomaron muestras cuyos resultados determinarán la naturaleza de los vertidos-, así como la Policía Local de Silleda. Fuentes municipales confirmaron ayer que no se trataba de purines, sino de lixiviados del antiguo vertedero de Campomarzo.
La Policía Local fue alertada por el 112 y se dirigió al lugar a primera hora de la tarde del miércoles para levantar acta. Fuentes municipales indicaron que, a simple vista y a pesar de la turbidez del agua, no se apreciaba contaminación y certificaron que ayer la situación ya era normal. El protocolo a seguir en estos casos por parte de los agentes del Seprona es recoger muestras del lugar y remitir un informe a la administración autonómica, tal como constató la Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra. La Consellería de Infraestructuras e Mobilidade, a la que pertenece Augas de Galicia, informó ayer de que se analizarán las muestras obtenidas por los técnicos de este organismo y que tienen previsto volver a realizar una nueva inspección.
Por su parte, la Asociación Profesional de Recicladores de Residuos de Construcción y Demolición (Arcodega) señala que esto se veía venir y que la situación será más grave en invierno. "En cuatro ocasiones alertamos al Seprona y, en la última, acompañamos al colectivo de vecinos de la zona y le trasladamos esa situación al Seprona, le advertimos de que cosas como las que están aconteciendo ahora se van a seguir repitiendo porque dejaron de funcionar todos los sistemas de protección que la Xunta les obliga", indica Benito García, presidente de Arcodega, que especifica que uno de estos sistemas es el de bombeo, porque le cortaron la luz. "Incluso se redujo el personal del servicio de la instalación para ahorrar costes, por lo que está en una situación de completo abandono y esto que está pasando es lo menos grave, en comparación con lo que va a pasar el próximo invierno, cuando lleguen las lluvias", recalca García. "Lo que pasó ahora y lo que pasará muchas más veces será una cadena de acontecimientos y no podemos olvidar que el Concello es el propietario de esos terrenos y, a pesar de que no tienen una deuda millonaria no rescata la concesión, por lo que también tiene cierta responsabilidad", subraya.
También culpa a Medio Ambiente de que, tras realizar las inspecciones oportunas por petición de Arcodega, "no han tomando ningún tipo de medidas cautelares que supongan intervenir ante el administrador concursal de la justicia", indica García, que considera que Seprona también tendrá algo que decir al respecto. "Porque Seprona fue conocedora en todas las circunstancias y nos consta que hicieron una inspección, pero desconocemos el estado de la cuestión y tiene la obligación de comunicárselo a la Fiscalía", apunta. Desde Arcodega "se echa de menos la intervención de la Fiscalía de Medio Ambiente a instancias del Seprona, del Concello o de la Xunta, porque es un presunto delito ambiental continuado y prevaricación omisiva, y no una simple falta o una irresponsabilidad de la gestión".
