En los últimos tiempos creció el número de nacimientos de madres no casadas y ante esto es lógico pensar que las mujeres que deciden tener hijos o bien lo hacen solas o bien deciden no pasar por la vicaría con su pareja. También es verdad que el registro de parejas de hecho influye en el descenso de bodas civiles y religiosas, por lo que desciende el número de matrimonios en general. Así es que en 2018 el Instituto Galego de Estatística (IGE) contabiliza 180 matrimonios entre las dos comarcas (106 en Deza y 74 en Tabeirós). La cifra es inferior a los que se oficiaron en 2017, pero casi insignificante, porque habían sido uno más, 181. Si miramos atrás, en el 2000 habían sido 288 y en 1975 hubo 602 bodas, concretamente 354 en Deza y el resto en Tabeirós.

Con respecto a 2017, si se desglosan los datos de 2018 por municipios, se detecta un descenso de enlaces matrimoniales en Agolada que pasó de ocho a tres, en Dozón de tres a uno, en Lalín de 67 a 47 y en Forcarei que en último año solo hubo una boda a diferencia de las siete del período anterior. Mientras, en otros municipios aumentó la cifra: Rodeiro registró tres bodas más contabilizando cuatro en 2018, Silleda sumó una más, contando 34, fueron cinco más en Vila de Cruces situándose en 17 matrimonios y la diferencia fue mayor en A Estrada, donde se incrementaron en algo más de una veintena, contabilizando 73 bodas, frente a las 51 del año anterior.